Aseguran que en San Juan algunas trabajadoras sexuales venden droga para sobrevivir
Mariana Castro, coordinadora de AMMAR San Juan, revela que la crisis económica y la falta de clientela lleva a algunas trabajadoras a recurrir al la venta de drogas "seguir alimentando a sus hijos" . Pero dista ser una situación como atravezada por el narcotráfico como pasó en bbuenos Aires con el tríple crímen. ¿Cómo está la situación de las meretrices en San Juan?
El brutal triple femicidio de Florencio Varela, donde tres jóvenes fueron asesinadas, descuartizadas y enterradas en el jardín de una casa, volvió a poner el foco sobre la vulnerabilidad extrema que enfrentan las trabajadoras sexuales en Argentina. Las víctimas —Brenda del Castillo, Morena Verdi y Lara Gutiérrez, de 15 años— eran trabajadoras sexuales que cayeron en una trampa narco que terminó en femicidio. El caso, que conmociona al país y generó movilizaciones bajo la consigna "Ni Una Menos", plantea interrogantes sobre las condiciones de seguridad y los riesgos que enfrenta este sector en todo el territorio nacional, incluyendo San Juan.
Una realidad diferente pero no exenta de violencia
El trabajo sexual en San Juan tiene características particulares que lo distinguen de otras provincias. Según Mariana Castro, coordinadora de AMMAR (Asociación de Mujeres Meretrices de Argentina) San Juan,"acá en San Juan no pasa ese tipo de situaciones porque has visto que es un lugar muy chico, mayormente las conocemos entre todas".
Sin embargo, Castro advierte que "sí existe la violencia. Últimamente el cliente está muy violento por la problemática que existe, que toda la vida existió, que es el consumo de sustancia problemática". Esta violencia afecta tanto a "compañeras que trabajan en la calle o en departamentos".
El peligro del aislamiento en departamentos privados
Una de las principales preocupaciones de la organización es la situación de las trabajadoras que ejercen en departamentos privados. "En departamentos privados es mucho más peligroso porque hay veces que pasa que las compañeras alquilan departamentos privados y no existe la comunicación que hay entre las compañeras de la calle, por ejemplo, que hay grupos donde se acompañan entre todas", explica Castro.
El problema se agrava porque estas trabajadoras "deciden no ser visibles por un tema de familiares o de parejas, entonces no estamos tan atentos a este tipo de cosas y tampoco nos avisan". Esto genera situaciones críticas: "Por ejemplo, un cliente les roba, las golpea y las deja en una situación crítica. Nosotros no nos enteramos".
Castro recuerda el caso de las trabajadoras que murieron por inhalación durante el invierno del año pasado: "Nadie estaba enterada que esas chicas habían alquilado hasta que nos enteramos por los medios. Yo en ese momento trabajaba y me enteré".
La crisis económica y la venta de drogas
La situación económica actual ha llevado a algunas trabajadoras a buscar ingresos adicionales. "Hay algunas compañeras, como está pasando en toda Argentina, que por la crisis financiera y la falta de clientela, porque obviamente esta crisis está en todo, deciden vender "mentiritas", como se les dice en Buenos Aires, que es vender droga y a la vez prestar el servicio sexual", relata Castro.
La coordinadora aclara que "no todas lo hacen, pero hay algunas que necesitan seguir alimentando a sus hijos y no llegan con la plata del servicio, entonces deciden vender".
Un modelo más autónomo que en Buenos Aires
A diferencia de otras provincias, en San Juan el trabajo sexual mantiene cierta autonomía. "Hay algunas que deciden vender. Compran para consumo propio y deciden vender. No es que hay un estilo de regenteo o un narco que las tenga trabajando para ellos", explica Castro.
"No es como en Buenos Aires, en Constitución, en Flores, que hay muchos que sí las tienen agarradas de esa forma. Acá la trabajadora tiene más libertad en ese sentido, es autónoma. No es que va y dice: "Necesito que me des cierta cantidad para venderme"".
Los números del sector
AMMAR San Juan tiene registradas "220 afiliadas", aunque Castro reconoce que hay muchas más trabajadoras no nucleadas. "Obviamente hay otras chicas que están también en otras organizaciones civiles. Por ejemplo, hay muchas chicas trans de NATATA que también trabajan", detalla.
Además, existen trabajadoras que operan por fuera de cualquier organización: "Hay muchas, por ejemplo, en departamentos privados que más o menos tenemos un conteo, pero ellas no quieren afiliarse, obviamente, por un tema de que desconocen. Pero igual dicen: "No, no me hace falta el bolsón, no me hace falta ayuda" por miedo a que en algún momento alguien se entere de que son trabajadoras sexuales. Hay más o menos unas 100 por fuera de la organización".
En cuanto a la composición del sector, Castro indica que la mayoría son mujeres, aunque "hay varones, más o menos tenemos contados unos 70 varones".
El vacío legal que persiste
Uno de los principales problemas que enfrenta el sector es la falta de un marco legal claro. La muerte de Mónica Lencina, quien era subsecretaria nacional de AMMAR, representó un golpe significativo para el trabajo legislativo.
Códigos contravencionales: el problema provincial
A nivel provincial, persisten códigos contravencionales que criminalizan indirectamente la actividad. "Si bien no estaba prohibido a nivel nacional, había varias compañeras que terminaban por distintas otras contravenciones teniendo un montón de problemas y que muchas preferían ya directamente no trabajar en la calle por evitar esto", relata Castro.
La coordinadora señala que "hay algunas provincias que lo han derogado, que son mucho más conservadoras, como Santiago del Estero, pero acá no. Acá se habló en su momento, muchos acompañaron, pero lo encajonaron. Te abrazaban, te decían: "Acompáñanos en esta elección". Subían a cargo y se olvidaban de una".
Un sector que busca derechos y protección
La realidad del trabajo sexual en San Juan muestra un sector que, pese a mantener cierta autonomía respecto a otras provincias, enfrenta desafíos significativos: violencia de clientes, aislamiento de quienes trabajan en departamentos, presión económica que lleva a actividades riesgosas y un marco legal que no las protege.
AMMAR San Juan continúa trabajando para visibilizar estas problemáticas y buscar soluciones que garanticen derechos laborales y protección para un sector que, según sus propios números, involucra al menos a 320 personas en la provincia.