El Reino del Syrah: San Juan, cuna de un varietal excepcional
La Segunda Degustación Syrah 2006 marcó un hito en la vitivinicultura sanjuanina, consolidando al Syrah como uno de los vinos más destacados del país. Con la calidad de sus cepas y la pericia de sus enólogos, San Juan se posiciona como la "pequeña Australia" del Syrah.
Para no quitarle valor a otros varietales, esta vez no diremos que San Juan se escribe con la S de Syrah, aunque sí hablaremos del reino de uno de los vinos sanjuaninos bautizado con la S de sobresaliente.
A partir de la Segunda Degustación Syrah 2006, considerando los resultados obtenidos hasta ese momento en el Valle de Tulum y sus alrededores, se consolidó el renombre y la calidad de este varietal cuya cuna parecía ser San Juan y no otros legendarios lugares de Asia, Europa u Oceanía, que siempre se mencionan a la hora de contar la ya milenaria y rica historia de esta variedad vitivinícola.
Eran las 11.30 del sábado 16 de septiembre de 2006 cuando desde el Foyer Sur del Auditorio Juan Victoria despegó el avión de esta Degustación de Syrah en la provincia con capacidad para 500 personas, cuyo chárter llegó aquel día a su altura máxima por encima de las nubes -vino de por medio- con la actuación de los Inti Huama.
La mañana soleada parecía propicia para esta genuina fiesta sanjuanina en la que se presentaba oficialmente por segunda vez la muestra más calificada de Syrah sanjuanino, elegido como pocos por sus características naturales por ser la reina de las cepas, de la cosecha y de la elaboración de vinos, dada la personalidad y prosapia de este emblemático varietal tinto.
Uno a uno los Syrah de distintas bodegas locales, seleccionados entre las diez mejores muestras presentadas, fueron ocupando los asientos de primera clase que le estaban destinados, ante la curiosidad de un público expectante y la presencia de las más altas autoridades gubernamentales, del INV, de las federaciones y cámaras empresarias y de las instituciones organizadoras del gran encuentro, que, matizado con vino, música folclórica y ciudadana, danzas típicas, jamón crudo, pollo, carne vacuna y postre, resultó ser más criollo que la cueca.
En el transcurso de la degustación diría el Enólogo Sergio Contreras, de Laboratorios Bouillard: "El Syrah se ha adaptado tanto a San Juan -al contrario de otras regiones- porque el suelo, el sol y el clima sanjuaninos desarrollan todas sus aptitudes. También, porque en sus diferentes versiones (jóvenes y de guarda) se adapta a todos los gustos".
Con la atención de 35 mozos, los aromas a fruta desecada, eucaliptus e higos -entre otros descriptores aromáticos que se identifican con este vino real de nuestra tierra-, comenzaron a engalanar las copas de los 500 degustadores expertos y vocacionales, viajando al encuentro de las exquisitas sensaciones de este vino sanjuanino de tan buena cepa, elaborado por manos generosas que demostraban su experticia y su amor al terruño elaborando un producto como éste.
Así fueron sucediéndose, como en una dinastía hegemónica y sin competencia, los colores, aromas y sabores de los diez mejores Syrah de aquel momento, que copa a copa fueron apropiándose de la vista, el olfato y el paladar de los privilegiados concurrentes.
La tierra del Syrah
Los Valles de Tulum, Ullum-Zonda, Pedernal, Calingasta y Valle Fértil se consideran la cuna de los vinos de primera línea que se destacan en el país y el mundo, a la que se le suman en San Juan otras cadenas productivas como la olivicultura, la minería y el turismo en tanto fuentes de progreso y desarrollo.
A San Juan se la denominó "la pequeña Australia", porque en ella la sepa syrah se desarrolla de maravillas, encontrando condiciones climáticas y suelos similares a los australianos, de donde provienen los mejores exponentes mundiales de este cepaje. El syrah es conocida como la cepa más antigua de la historia, y se la considera la variedad del presente y del futuro. Así lo confirmaba la catadora internacional Isabel Mijares en la "Vinandino 2003" realizada simultáneamente en Mendoza y San Juan. En San Juan, el Syrah tiene identificación propia, y su implantación en nuestro suelo, solo en diez años había tenido un extraordinario incremento del 300% a lo largo y ancho de 3.500 hectáreas.
A los postres de aquella recordada Degustación Syrah 2006, Raúl Guiñazú, presidente del Instituto Nacional de Vitivinicultura, concluía: "Estos exquisitos vinos son el fruto de un nuevo sistema empresario, de una visión de calidad y de comercialización, de mano de obra calificada, de técnicos y de gobiernos que hacen que hoy sea lo que es la vitivinicultura argentina". A lo que el gobernador de entonces, Ing. José Luis Gioja, le respondía: "Si los enólogos hacen lo que hoy hemos tomado, el resto de los sanjuaninos tenemos que hacer que el vino de San Juan se ponga de moda en la Argentina y en el mundo, y la forma de hacerlo es instalarlo en el país a partir de la calidad, con el ejemplo del trabajo y del esfuerzo de todos".
Al aterrizar en la tierra firme del Reino del Syrah caíamos en la cuenta de que habíamos volado alto por los mejores cielos del planeta, con un sol vigoroso, a la velocidad promedio de 87 a 100 puntos entre los mejores vinos argentinos.