Más de 100 familias esperan adoptar en San Juan, pero la mayoría busca bebés pequeños
El Registro Único de Adopción revela las preferencias y limitaciones de quienes esperan convertirse en padres. La directora Teresita Rodríguez explicó a Zonda Diario cómo funciona el sistema, qué significa la sigla TND y cuáles son los desafíos que enfrenta la provincia.
La adopción es un tema sensible y complejo, que despierta esperanza en muchas familias y al mismo tiempo plantea enormes desafíos al Estado. En San Juan, actualmente hay 117 carpetas activas de postulantes inscriptos en el Registro Único de Adopción (RUA), pero no todas están disponibles: 27 figuran como "TND" (transitoriamente no disponibles), lo que significa que atraviesan procesos de vinculación o circunstancias que les impiden ser convocadas en este momento. Así, quedan 90 carpetas efectivamente en espera, listas para que un juez de familia pueda convocarlas. Cabe destacar que esta es la foto del viernes 19 de septiembre por la mañana ya que estos datos cambian constantemente.
La directora del RUA, Lic. Teresita Rodríguez, detalló a Zonda Diario cuál es el rol del organismo:
"Lo que trabajamos acá son las familias que se presentan y se postulan. La cantidad de adopciones y los niños en situación de adoptabilidad lo manejan los juzgados de familia. Nosotros intervenimos cuando un juez nos pide el acompañamiento".
Rodríguez explicó que el registro interviene en dos momentos clave: al inicio del proceso, evaluando a las familias postulantes, y luego en el acompañamiento de las guardas preadoptivas, cuando un niño ya convive con la familia seleccionada.
Requisitos y descentralización del trámite
Para inscribirse, las personas deben tener más de 25 años y pueden postularse en pareja —heterosexuales o igualitarias— o de manera individual. Los trámites pueden iniciarse en la sede central del Poder Judicial o, en el caso de los departamentos alejados como Iglesia, Jáchal, Valle Fértil o Calingasta, en los juzgados de paz locales, lo que permite ahorrar costos y evitar traslados innecesarios.
"Queremos que las familias de los departamentos alejados tengan las mismas oportunidades. Por eso, los juzgados de paz están habilitados para iniciar los trámites y enviar la información al registro", explicó Rodríguez.
Preferencias y limitaciones de las familias
El panorama actual muestra una tendencia clara: la mayoría de los postulantes buscan niños pequeños y sin patologías. Los datos son contundentes:
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76,9% de las familias no acepta niños con discapacidad o enfermedades crónicas.
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55,6% no acepta grupos de hermanos.
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El 88,9% está dispuesto a adoptar bebés de 0 a 1 año.
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A partir de los 6 años, la disponibilidad cae en picada y para adolescentes apenas hay un puñado de carpetas.
Rodríguez subrayó que estas decisiones son voluntarias y se analizan en entrevistas profundas:
"Es muy triste iniciar un proceso de vinculación y que después devuelvan a los niños. Por eso cada familia tiene varias instancias para reflexionar y decidir si realmente pueden hacerse cargo".
La funcionaria remarcó que no es lo mismo aceptar un niño con una patología leve y tratable que un caso de discapacidad severa. Por eso, el equipo interdisciplinario del RUA acompaña cada decisión y busca que no haya improvisación.
El tiempo de espera: un mito difícil de responder
Una de las preguntas más frecuentes de quienes se inscriben es cuánto tardará en llegar el llamado. Pero, según Rodríguez, en la adopción no existen tiempos cronológicos:
"Cada carpeta es única. Una persona sola requiere un análisis distinto que una pareja con hijos. Además, la prioridad siempre la tienen los niños. Si hay hermanos o adolescentes en espera y aparece una familia disponible, ese trámite avanza mucho más rápido que los casos de bebés recién nacidos".
Esto significa que, mientras los postulantes que esperan un recién nacido pueden permanecer años sin ser convocados, aquellos que aceptan hermanos o adolescentes suelen avanzar con rapidez.
Una red federal de adopción
San Juan forma parte de la red nacional de adopciones. Esto permite que postulantes locales sean convocados en otras provincias y viceversa. Según Rodríguez, este año hubo varias vinculaciones fuera de la provincia, especialmente con Mendoza, Córdoba y Misiones, aunque aún no se concretaron adopciones plenas bajo este esquema.
"Hoy nuestros postulantes son consultados si desean viajar a otra provincia para iniciar un proceso. No es adopción inmediata, sino una vinculación que puede o no terminar en adopción. Este año hubo muchos casos de ese tipo", detalló Rodríguez.
La situación de los adolescentes: el punto más crítico
El dato más preocupante del registro es la falta de familias dispuestas a adoptar adolescentes. Apenas unas pocas carpetas contemplan esa posibilidad, y muchas veces ya están en proceso. Esto implica que la mayoría de los jóvenes mayores de 13 o 14 años pasen sus últimos años en hogares convivenciales hasta cumplir la mayoría de edad.
En algunos casos, los propios adolescentes rechazan la adopción porque prefieren egresar del sistema y comenzar una vida independiente. La Dirección de Niñez, Adolescencia y Familia trabaja en programas de egreso asistido para prepararlos en oficios y habilidades que les permitan insertarse en la sociedad.
El desafío de los hermanos
Otra de las grandes dificultades es encontrar familias para grupos de tres o más hermanos. La mayoría acepta solo uno o dos, y en los pocos casos de familias numerosas, el proceso suele ser paulatino. Rodríguez explicó que se fomenta el mantenimiento del vínculo biológico:
"Cuando no es posible que los hermanos crezcan en la misma familia, se trabaja para que al menos mantengan contacto. Es fundamental que sepan dónde están sus hermanos, que compartan fechas importantes y que no pierdan ese lazo".
Mirando hacia adelante
Los datos que arroja el registro son una "foto del momento", porque cambian con frecuencia: se aprueban nuevas carpetas, otras se suspenden temporalmente y algunas se activan tras reevaluaciones. Sin embargo, la tendencia es clara: mientras sobran familias para bebés y niños pequeños, faltan postulantes para adolescentes, grupos de hermanos y chicos con discapacidad.
Rodríguez lo resume con una frase que condensa el espíritu de todo el sistema:
"La prioridad no es la familia que se presenta, la prioridad la tienen los niños y niñas. Nuestro desafío es lograr que más familias estén dispuestas a abrirse a realidades diversas, más allá del ideal del bebé recién nacido".
El desafío de la adopción en San Juan refleja una realidad compleja, atravesada por las expectativas de cientos de familias y las necesidades urgentes de niños, niñas y adolescentes que esperan un hogar. Las estadísticas dejan en evidencia las preferencias mayoritarias y también los vacíos: los más pequeños concentran la mayor demanda, mientras que los adolescentes y los grupos de hermanos encuentran menos familias dispuestas. En este escenario, el Registro Único de Adopción cumple un rol esencial, no solo como articulador entre la justicia y los postulantes, sino también como garante de que cada decisión priorice el interés superior de los niños, el verdadero centro de este proceso.