Viñateros advierten que la reestructuración del INV pone en jaque el prestigio de la vitivinicultura
El presidente de la Asociación de Viñateros Independientes de San Juan, Juan José Ramos, criticó duramente los cambios impulsados en el Instituto Nacional de Vitivinicultura. Según el dirigente, la pérdida de controles impactará negativamente en la calidad y la competitividad de los vinos argentinos
En un contexto de alta incertidumbre para los pequeños y medianos productores, el ingeniero Juan José Ramos, presidente de la Asociación de Viñateros Independientes de San Juan, expresó su firme rechazo a la reestructuración del Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV), impulsada por el Gobierno Nacional. El dirigente consideró que la medida "va en contra del prestigio que tiene la vitivinicultura argentina en el extranjero" y representa un nuevo golpe para una actividad que, en provincias como San Juan, atraviesa una crisis terminal.
"Lo que se plantea es que los controles pasarán a hacerse recién en la etapa final de la comercialización, y eso es gravísimo. Pierden sentido los controles desde la plantación hasta la elaboración, que son los que garantizan la trazabilidad del vino. Con esto se pierde el prestigio que habíamos logrado posicionando nuestros varietales", advirtió Ramos.
Riesgo para los vinos de calidad
El referente viñatero explicó que una de las principales consecuencias de esta desregulación será la pérdida de identificación de origen de los vinos blancos, lo que atentará contra la transparencia y el vínculo entre producto y territorio.
"Si no hay control de origen, todos los vinos blancos podrían ser etiquetados como Chardonnay o Torrontés, según lo que más le convenga al fraccionador o al gusto del consumidor", alertó.
Ramos remarcó que la Unión Europea basa su sistema de calidad en la denominación de origen, mientras que Argentina había logrado consolidar la figura del vino varietal con fuerte presencia en mercados internacionales. "Esto tira por la borda todo ese esfuerzo y diferenciación que nos costó décadas construir", afirmó.
Impacto económico y concentración del negocio
El titular de la Asociación de Viñateros Independientes también cuestionó los argumentos económicos detrás de la reforma. Aseguró que no es cierto que el Estado vaya a ahorrar recursos con la reestructuración, dado que "el INV se autofinancia con servicios como los análisis de laboratorio y los controles de alcoholes en todo el país. El propio presidente del Instituto nos confirmó que no recibe partidas del presupuesto nacional".
Por el contrario, señaló que los fraccionadores deberán afrontar mayores costos si se privatizan los servicios de control, lo cual generará un efecto dominó que terminará perjudicando a los productores. "No hay una sola medida en esta reforma que favorezca al viñatero. Nos están dejando librados a los precios y condiciones que impongan unas pocas bodegas grandes", subrayó.
Además, advirtió que se pierde el control del grado promedio de ingreso de uva a bodega, un factor clave para mantener estándares mínimos de calidad. "Los vinos se van a despachar con cualquier grado alcohólico, mientras no sea perjudicial para la salud. Eso es todo lo que se va a exigir", denunció.