El INV permite la liberación de vinos varietales a los 40 días
Con la implementación de nuevas regulaciones, el Instituto Nacional de Vitivinicultura busca reducir los tiempos de espera para la comercialización de vinos varietales, permitiendo su liberación a los 40 días de ingreso a bodega
En un esfuerzo por fomentar la competitividad y reducir la burocracia en la vitivinicultura argentina, el vicepresidente del Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV), Abel Chicone, ha detallado una serie de reformas enfocadas en la agilización de los procesos administrativos y la adecuación de los tiempos de comercialización. Estas nuevas normativas buscan, en última instancia, permitir que la industria vitivinícola argentina, especialmente la de provincias como San Juan y Mendoza, pueda responder con mayor rapidez a las demandas del mercado.
Liberación de vinos varietales a 40 días: un cambio fundamental
Una de las principales medidas adoptadas es la posibilidad de liberar los vinos varietales para consumo a los 40 días de haber sido ingresados a bodega, lo cual representa una reducción significativa en comparación con el plazo anterior, que estipulaba la liberación el 1 de junio, aproximadamente 90 días después de la cosecha. Esta modificación responde a la necesidad de dinamizar el mercado y evitar la acumulación de inventarios, que históricamente ha sido un problema para los productores.
Los vinos, para estar aptos para el consumo, deben tener un plazo de estabilización. De hecho, se estima que dependiendo del tipo de vino, hay algunos varietales que pueden estar aptos para el consumo antes de los 40 días.
Según Chicone, esta decisión permitirá a los bodegueros comercializar sus vinos en su punto óptimo de frescura, lo cual es especialmente beneficioso en regiones de clima cálido como San Juan y algunas zonas de Mendoza. El calor favorece un proceso de maduración más rápido, permitiendo que los vinos alcancen sus características de frescura y fruta de manera anticipada. Esto, según el vicepresidente del INV, "no solo responde a las demandas del consumidor actual, sino que posiciona a San Juan y otras regiones argentinas como pioneras en la producción de vinos frescos y listos para el consumo en plazos más cortos". Lo que permitiría a San Juan vender los primeros vinos de la añada.
En el pasado, las asociaciones de productores solían pedir una postergación de la liberación de los vinos nuevos en años de alta producción y bajos precios, buscando evitar un exceso de oferta en el mercado. Sin embargo, Chicone subraya que tales extensiones no resultaron efectivas, ya que solo retrasan el problema. "Retrasar la venta de vino solo acumula volúmenes para la siguiente cosecha, lo cual termina afectando a la industria en su conjunto y limita su capacidad de respuesta", comentó.
Simplificación en la industria del mosto: menos trámites, más eficiencia
Otro sector clave que ha sido objeto de reformas es la industria del mosto, especialmente relevante en San Juan, donde cerca del 60% de la uva se destina a esta producción. Para reducir la carga administrativa en esta área, el INV ha eliminado una serie de declaraciones técnicas obligatorias que antes ralentizaban el proceso. Anteriormente, los productores de mosto debían presentar informes detallados sobre las concentraciones de sulfitos y otros componentes en los productos que enviaban al mercado. Ahora, el proceso ha sido simplificado, permitiendo a las empresas notificar al INV de cambios sin necesidad de presentar informes extensos.
"Antes, cada paso en el proceso requería múltiples trámites, pero nos dimos cuenta de que estos informes no eran imprescindibles para el control de calidad y solo añadían carga administrativa a la industria", explicó Chicone. Gracias a esta flexibilización, los productores pueden concentrarse más en la producción y menos en la burocracia, lo cual facilita una mayor adaptabilidad ante cambios de demanda.
Incorporación de variedades tradicionales: la criolla chica como varietal de calidad
El INV también ha implementado medidas para diversificar y revitalizar la oferta de vinos argentinos, incluyendo el reconocimiento de la uva criolla chica como varietal de calidad. Esta variedad, con una larga historia en Argentina, ahora tiene luz verde para ser utilizada en la elaboración de vinos de alta calidad. Estudios preliminares realizados por el INV han demostrado que la criolla chica puede producir vinos con características sensoriales atractivas, con perfiles frutados y frescos que cumplen con las expectativas del mercado moderno.
Productores en Calingasta han liderado esta iniciativa, argumentando que las características únicas de la criolla chica pueden contribuir a la diferenciación de los vinos argentinos en el mercado global. "La criolla chica es una variedad autóctona con un sabor distintivo, que permite a los productores competir con opciones únicas y auténticas, algo que los consumidores nacionales e internacionales buscan cada vez más", destacó Chicone.
Aprobación de nuevas técnicas de elaboración: vinos, naranjos y dulces naturales
El INV también ha dado un paso adelante en la modernización del sector al reconocer técnicas de elaboración no tradicionales, como la producción de vinos, naranjos y dulces naturales tardíos. Estos estilos han ganado popularidad por su perfil único, que incluye maceraciones prolongadas y un aspecto sin filtrar, lo que aporta complejidad y carácter al producto final. La regulación de estas técnicas implica que los bodegueros pueden experimentar con nuevas formas de elaboración, ampliando así la oferta sin temor a restricciones legales.
"La demanda de vinos con menor intervención y con un perfil auténtico ha crecido, y es importante que el INV acompañe esta tendencia. La claridad en la normativa permite a las bodegas innovar y atender a un consumidor que busca experiencias distintas, señaló Chicone. Además, el INV ha facilitado los registros de etiquetado, permitiendo que términos como "naranjo" y "dulce natural" estén legalmente respaldados en Argentina.
Digitalización de trámites: hacia una administración más eficiente
En el ámbito administrativo, el INV ha avanzado en la digitalización de trámites para la inscripción y control de viñedos. Esto significa que los productores ahora pueden realizar muchos de estos trámites de manera remota, ahorrando tiempo y costos de desplazamiento. Este cambio busca acercar los servicios del INV a los viñateros de todo el país, permitiéndoles gestionar sus registros sin necesidad de visitar oficinas centrales.
"Queremos que el viticultor pueda concentrarse en su producción y no en trámites burocráticos. Con la digitalización, un productor puede registrar nuevos viñedos y variedades desde su lugar de trabajo y, en un lapso breve, el INV puede realizar las inspecciones necesarias", explicó el vicepresidente.