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En baja

Una tendencia que preocupa: cae el consumo per cápita de vino

Las cifras corresponden al informe de "Comercialización de Vinos Mercado Interno. La medición corresponde a 2023 y se trata de la cifra más baja de la que se tiene registro.

El consumo per cápita de vino en Argentina ha alcanzado un mínimo histórico en el año 2023, situándose en apenas 16,7 litros. Este dato representa una disminución del 6,9 % en comparación con el año anterior, marcando una tendencia negativa que se ha mantenido en los últimos años. Los números, revelados en el informe de "Comercialización de Vinos Mercado Interno" del Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV), generan preocupación en una industria que ha experimentado una constante reducción en su mercado interno.

Aunque el último mes del año pasado mostró un leve aumento en el consumo per cápita, llegando a aproximadamente 1,29 litros por persona, este incremento no logra contrarrestar la tendencia a la baja observada en los meses anteriores. De hecho, el promedio anual refleja una disminución del 6,9 %, con un consumo medio de 16,7 litros por habitante en comparación con los 18 litros registrados en 2022.

El declive en el consumo de vino en Argentina es una tendencia que se ha prolongado durante las últimas décadas. En la década de 1970, el país llegó a consumir casi 92 litros de vino per cápita en un año, marcando una época dorada para la industria vitivinícola argentina. Sin embargo, desde entonces, se ha observado una disminución constante, con altibajos en el camino, pero una clara tendencia a la baja.

El informe del INV muestra una serie temporal desde 2005 hasta 2023, revelando que el consumo per cápita ha disminuido de 29,2 litros a los 16,7 litros del último año. Esta cifra representa una disminución significativa de 12,5 litros en 18 años, lo que indica un cambio notable en los hábitos de consumo de la población argentina en lo que respecta al vino.

Si se amplía el período de análisis a los últimos 20 años, la diferencia es aún más pronunciada. En el año 2003, los argentinos consumían 33,7 litros de vino per cápita, lo que representa una caída de 17 litros en dos décadas. Este descenso refleja una transformación profunda en el mercado del vino argentino y plantea desafíos significativos para la industria en los próximos años.

Existen diversas razones que podrían explicar esta tendencia a la baja en el consumo de vino en Argentina. Factores económicos, cambios en los hábitos de consumo, y la competencia de otras bebidas alcohólicas y no alcohólicas podrían estar contribuyendo a esta disminución. En cualquier caso, la industria vitivinícola argentina enfrenta el desafío de adaptarse a un mercado interno en constante evolución y buscar estrategias para revitalizar el interés del consumidor en el vino.

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