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Historia

Ese abrazo que te devuelve la vida

Después de 81 días se volvieron a ver madre e hijo. La historia de Doña Chicha  y Juan Páez que este domingo emocionó a los vecinos de Villa Krause.

Amor de madre, amor de hijo, Doña Chicha y Juan protagonistas de un abrazo de vida y que hizo emocionar a los vecinos de Villa Krause

Doña Chicha preguntó por él. ¿Y el Juan que no vino hoy? ¿Qué le pasó? Sus hijos Pedro y Claudia se miraron, tragaron saliva y debieron recurrir a una respuesta rápida que no terminó de convencer a nadie.

Minutos antes habían recibido el llamado telefónico en el cual se les informaba que Juan había sufrido una descompensación y fue trasladado al hospital donde quedaba internado en terapia intensiva.

Sin saber los pormenores de lo sucedido con su hermano Juan, prefirieron el silencio ante la madre porque la presión arterial no estaba muy controlada y una información como esa podía traer aparejado otras consecuencias.

Desde ese momento, comenzó una historia con  capítulos de angustia, ansiedad, oraciones y plegarias porque los primeros diagnósticos no eran alentadores.

Juan había sufrido un ACV y las complicaciones pulmonares más las cardíacas lo llevaron a pelear por su vida.

Mientras en la cama del hospital Juan peleaba por su vida con 73 años sobre su espalda, en la casa Doña Chicha con sus casi 100 años ya presagiaba algo malo.

Doña Chicha y Juan compartían a diario muchas horas juntos pero hace dos meses eso se interrumpió y significó un golpe duro para ambos.

Pedro, Raúl y Claudia la enfrentaron y con sumo cuidado le contaron la verdad y los días que vinieron fueron de mucho dolor para la mamá. En su silla de ruedas en la que está desde hace algunos años quería ver a su hijo, pero no se podía.

Lágrimas, dolor, pero sobre todo oraciones no faltaron. Y la tan esperada buena noticia un día llegó. Juan casi dos meses después de sufrir el ACV salía del hospital.

Los años se le vinieron encima al guitarrista de Los Seguidores de Iracundos y, para el jubilado ex encargado del área contable  del Estadio Aldo Cantoni.

No pudo ser el día de la madre, tampoco en el cumple 93 de Doña Chicha el viernes, ambos estaban con la presión un poco alta y el encuentro podría generar alguna complicación emotiva.

Preparar el terreno no  fue fácil. Pero el domingo quedó como el día estipulado. Juan llegó acompañado de su hijo en su clásico Fiat Uno rojo, se bajó despacio y acompañado del brazo de su hijo camino lentamente a hacia la puerta de su casa.

En la cocina estaba Doña Chicha, con sus ojos llenos de lágrimas a punto de explotar. La puerta se abrió y allí se vieron de nuevo. Después de 81 días volvieron a estar de frente. Juan debió sentarse y hasta le costó mirar a su madre, para que no viera que algún resabio había de lo padecido. 

Doña Chicha llegando casi al centenario está muy lúcida pero con problemas de movilidad. Juan sufrió un ACV con algunas complicaciones pulmonares. 65 días estuvieron sin verse y el domingo se reencontraron.

La mano derecha de Doña Chicha fue sobre el rostro con algunas arrugas de Juan. La caricia de la madre fue el bálsamo de felicidad que necesitaba Juan que en ese momento se abrazó a su madre que estaba en la silla de ruedas.

El silencio de los presentes en la escena de la cocina de Los Páez se hizo intenso. Mientras Adrián, casi como único valiente se animaba a dejar grabado para siempre el momento.

Madre e hijo quedaron abrazados por varios minutos, el sollozo de ambos era el resultado de ese amor que les sigue dando vida Doña Chicha y a Juan. 

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