La primer medalla para un sanjuanino en un Juego Olímpico
El 2 de octubre de 1988, la Selección Argentina de Vóley, con la presencia de Raúl Quiroga, ganó la presea de bronce en Seúl.
Raúl Quiroga es el primero de los pocos sanjuaninos en ganar una medalla en un Juego Olímpico. El jugador surgido en Obras ganó la medalla de bronce en la competencia que se desarrolló en Seúl en 1988.
Quiroga formó parte de aquella generación, liderada por el coreano Young Wahn-Sohn , que marcó un punto de inflexión en la historia del vóley argentino, equipo que finalizó tercero en el Mundial que se jugó en Argentina en 1982 y obtuvo un diploma olímpico al finalizar sexto en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 1984.
Sin embargo, ese equipo, conformado además por Daniel Castellani, Hugo Conte, Waldo Kantor, Esteban Martínez, Esteban de Palma, Jon Uliarte, entre otros, y Luis Muchaga, como técnico, llegó con muchas expectativas a Seúl debido a la experiencia internacional que tenían sus jugadores y los años compartidos en la Selección.
Así lo reconoce Raúl Quiroga, al señalar, en declaraciones formuladas muchos años después de aquel logro, que "estábamos mucho mejor preparados y se había creado una gran expectativa entre nosotros en los años previos. Nos sentíamos un Fórmula Uno. Era un equipo que podía ir a buscar un resultado importante a Seúl. A nosotros eso nos creó otro tipo de expectativas y, por supuesto, más responsabilidades".
"Antes entrenábamos cinco, seis y hasta siete horas por día, pero de manera global. Para Seúl ya era todo distinto, más específico: la preparación física, atlética, táctica. El vóley italiano nos ayudó muchísimo y nos cambió la mentalidad, porque ya sabíamos cómo jugaban los contrarios, pero también sabíamos cómo jugábamos nosotros. Y ya íbamos a buscar un resultado grande", agrega Quiroga.
En los Juegos Olímpicos, la Selección Argentina integró la zona B con Estados Unidos, Países Bajos, Francia, Japón y Túnez. En el debut, venció a Túnez por 3 a 0; luego derrotó a Japón 3 a 1; posteriormente, perdió con Estados Unidos, el candidato junto a la Unión Soviética, por 3 a 2, después de haber ganado los dos primeros parciales.
Sin embargo el momento de quiebre se dio en el cuarto partido, ante Países Bajos, un encuentro decisivo para la clasificación. "Habíamos perdido 3-2 con EE.UU. y necesitábamos ganarle a Holanda para pasar a semifinales. Con los holandeses veníamos palo y palo en los partidos anteriores, pero ese día jugamos muy bien y les ganamos 3-0. Nos hizo sentirnos todavía más seguros", rememora el sanjuanino.
"Antes podíamos sentirnos candidatos y nos terminábamos diluyendo. Ahí en Seúl empezamos a cerrar el puño y fuimos un verdadero equipo. Ésa fue la gran diferencia. Además, muchos ya éramos jugadores consolidados en Europa", sostiene.
En el último partido de la zona, con la clasificación en el bolsillo y pensando en las semifinales, la Selección cayó ante Francia en set corridos.
En semi esperaba la otra gran potencia del vóley en ese momento, la Unión Soviética. Pese a mantener el buen nivel de juego demostrado durante la fase clasificatoria y disputar palmo a palmo los dos primeros set, los soviéticos ganaron por 3 a 0.
En el partido por el tercer puesto, el rival era Brasil, que perdió en la otra semifinal ante Estados Unidos (finalmente el campeón). "Contra Brasil ya era diferente, porque les habíamos ganado en el Preolímpico de Brasilia 1987. Hasta ese momento nos decíamos: "Este año vamos a estar cerca. Y venían y nos mataban: 3-0, dándonos una paliza. Después de lo del ’87 estábamos muy confiados. Hasta diría que sabíamos que no se nos escapaba", señala Quiroga.
Y nos se les escapó, finalmente fue victoria para los argentinos por 3 a 2, victoria que le permitió a la Selección Argentina de Vóley ganar por primera vez en su historia en medalla olímpica (en Tokio 2020, la historia se repetiría ante el mismo rival).
"Fue impresionante ver nuestra bandera entre las tres que iban subiendo a lo alto. Nosotros no estábamos habituados a estar arriba del podio ni presenciar esas premiaciones. Estar dentro de los tres mejores equipos del mundo y alcanzar un objetivo tan deseado fue algo muy, muy emocionante", expresa Raúl Quiroga, el primer sanjuanino en colgarse una medalla en un Juego Olímpico.