Los gustos de San Martín más allá del uniforme militar
Si bien era conocida su sabiduría en el arte de la guerra, el "Padre de la Patria" tenía otros talentos muy poco conocidos por los argentinos.
Nadie desconoce que el general José de San Martín, Libertador de Argentina, Chile y Perú, era un gran estratega militar que no dejaba librado nada al azar. Sus triunfos en el campo de batalla y el Cruce de los Andes, esa colosal empresa que llevó adelante con un ejército a su mando, lo demuestran.
Sin embargo, poco sabemos lo que le gustaba hacer a San Martín durante sus ratos libres, que seguramente eran pocos, cuando dejaba de lado su estricta disciplina militar, aquella que le inculcaron desde muy joven cuando ingresó al Ejército Español.
Daniel Balmaceda, reconocido historiador, periodista y escritor argentino, en diálogo con Zonda Digital contó sobre los gustos del Padre de la Patria, en el marco de un nuevo aniversario de su fallecimiento.
"San Martín tenía un gran talento artístico para la pintura y la música, en su época de joven tuvo un profesor de guitarra", cuenta Balmaceda y agrega: "Tenía una voz de barítono y una muy buena entonación, en una oportunidad tuvo que cantar el himno a capela".
Con relación a gusto por la pintura, el historiador sostiene que "San Martín decía que si la iba mal en la carrera militar, que era su profesión, se dedicaría a pintar".
"Lamentablmente no ha quedado ningún registro pictórico. Esa facilidad para la pintura se advierte en San Martín cuando diseña el uniforme de Granaderos, lo que habla de esas facilidades que tenía para poner en papel una imagen", expresa el escritor.
Por otra parte, Balmaceda señala que el Libertador "era muy buen jugador de ajedrez, le gustaba jugar con sus oficiales, era otro de sus entretenimientos. También le gustaban las corridas de toros, costumbre que asimiló en su prolongada estadía en España".
Sin embargo a San Martín no le gustaba el mate, pese a nacer en Yapeyú, Corrientes, en donde en aquellos años había un gran consumo de yerba, que llegaba desde Paraguay.
"El mate no le gustaba, pero era un gran consumidor de mate café, que consistía en colocar café en un recipiente de mate y tomarlo con bombilla", dice Balmaceda.
El historiador sostiene que otra de las costumbres que tenía "Don José" era la de pasear por la Alameda de Mendoza, mientras preparaba el Ejército de los Andes, y "tomar un café durante el invierno y comer helados en verano".
A San Martín también le gustaba dormir la siesta." En ese tiempo era habitual dormir la siesta, y además, en el caso de San Martín era una necesidad", cuenta Balmaceda.
"San Martín se levantaba a las cuatro de la mañana, hora en que comenzaba a preparar los papeles para las órdenes que impartiría durante día, a las cinco se reunía con sus oficiales. Además las mañanas eran muy intensas. Después de comer algo, se acostaba a dormir la siesta", agrega.
Relacionado a la siesta, Balmaceda recuerda lo que sucedió luego del Combate de San Lorenzo, en donde los hombres al mando de San Martín derrotaron a las fuerzas realistas que desembarcaron en esa zona de la provincia de Santa Fe.
"El combate de San Lorenzo fue las cinco de la mañana. Finalizado el mismo, cerca de media mañana, San Martín se juntó con el capitán Antonio Zabala que era el que dirigía las fuerzas realistas. Se reunieron en las galerías del Convento y estuvieron conversando. Luego almorzaron y durmieron la siesta. La costumbre de aquel tiempo era que si una persona invitaba a comer a otra, también la invitaba a la siesta después de comer. Un episodio curioso", señala el historiador.
Nuevo libro de Daniel Balmaceda
Recientemente salió el nuevo libro de Daniel Balmaceda, "San Martín y la Gran Aventura de la Libertad", que está destinado a los niños y publicó Sudamericana.