Caña con ruda para honrar a la Pachamama: el ritual ancestral que perdura en San Juan
Cada año, el 1 de agosto marca un momento de conexión espiritual con la Tierra. En San Juan, muchas personas mantienen viva la costumbre de tomar caña con ruda en ayunas, un ritual ancestral que busca agradecer, purificar y renovar energías.
Este jueves 1 de agosto se celebra el Día de la Pachamama, una fecha que invita a conectar con la naturaleza, agradecer los frutos de la Tierra y renovar energías para el nuevo ciclo. Como parte de esta conmemoración, miles de personas en distintas provincias argentinas cumplen con un ritual ancestral: beber caña con ruda en ayunas.
En San Juan, una de las encargadas de mantener viva esta costumbre es Cintia Cortez, quien cada año prepara esta infusión con esmero y respeto por su historia. "El ritual se realiza el 1 de agosto porque es el Día de la Madre Tierra y, en forma de agradecimiento, se le brinda algo de lo que tenemos cultivado en casa, como una planta de ruda, legumbres o lo que uno pueda ofrecer", explicó en diálogo con Diario Zonda.
Una tradición con raíces ancestrales
Según cuenta Cintia, esta práctica tiene origen en los pueblos originarios de América Latina, quienes consideraban al mes de agosto como uno de los más difíciles, marcado por el frío y los vientos que afectaban la salud. En ese contexto, comenzaron a utilizar la ruda, planta con múltiples propiedades medicinales, para depurar el cuerpo.
"Ellos sabían que el alcohol extraía las propiedades de la ruda, entonces la maceraban en licores o aguardientes. Lo usaban para purificar la sangre y atravesar mejor el mes de agosto, que venía después del crudo invierno", relató.
¿Por qué caña con ruda?
La elección de los ingredientes no es al azar. La caña, por su contenido alcohólico, permite extraer los principios activos de la ruda. "La ruda tiene varias propiedades, incluso ayuda a eliminar parásitos. Algunos usan ruda macho, otros ruda hembra; dicen que una es más fuerte que la otra, aunque hay quienes aseguran que no hay diferencia. Lo importante es el uso que se le da", señaló Cortez.
Para quienes deben ir a trabajar temprano y prefieren evitar el alcohol, hay una alternativa válida: el té de ruda. "Se prepara la noche anterior, se deja enfriar y se toma en ayunas. No pierde sus propiedades por no tener alcohol", aclaró.
Aunque muchos se limitan a beber los tradicionales siete traguitos, Cintia insiste en que el ritual es más profundo: "Yo creo que la gente lo hace por tradición, más que entender lo que es el ritual. Pero hay quienes se conectan realmente, caminan descalzos sobre el pasto al sol, liberan energía. Lo importante es no perder la costumbre, que es nuestra, de los pueblos originarios, no de afuera".
Herencia familiar
En el caso de Cintia, la preparación de la caña con ruda es una herencia que se transmite de generación en generación. "La receta viene de mi abuela, pasó por mi mamá, que tiene una gran mano para las plantas. Ella cultiva la ruda en su jardín y es quien me provee la plantita", contó.
Con el paso del tiempo, la sanjuanina le dio un nuevo sentido al ritual. "Hoy lo siento con mucho más respeto, entendiendo de qué se trata, no solo como una tradición sino como algo que se siente en cuerpo y alma".