Más de la mitad de los chicos en Argentina no comprende lo que lee
Una campaña nacional busca revertir el alarmante deterioro de la comprensión lectora. Los datos oficiales muestran que el 58% de los estudiantes no alcanza niveles satisfactorios y que la calidad educativa cae incluso en comparación con países más pobres
En medio de una crisis educativa que no da tregua, un dato estremecedor sacude la conciencia nacional: la mitad de los estudiantes en Argentina no entiende lo que lee. Más grave aún, el país obtiene resultados peores que otras naciones de la región con menos recursos, lo que evidencia que el problema va más allá de lo económico y pone en jaque la eficacia del sistema educativo. Frente a este escenario, las organizaciones Enseña por Argentina y Argentinos por la Educación lanzaron una campaña de emergencia bajo el lema #QueEntiendanLoQueLean, con el objetivo de devolver la centralidad a la alfabetización.
"La comprensión lectora está en caída libre. Estamos hablando de algo tan básico como que los chicos entiendan lo que leen, y eso hoy no está ocurriendo", advirtió Verónica Cipriota, directora ejecutiva de Enseña por Argentina, en diálogo con Radio Rivadavia. La referente educativa no ocultó su preocupación al señalar que los niveles de aprendizaje han caído a mínimos históricos, en un país que históricamente se enorgulleció de su educación pública.
Las cifras oficiales respaldan sus dichos. De acuerdo con las últimas pruebas Aprender, el 58% de los alumnos no alcanza un nivel satisfactorio en lengua, mientras que el porcentaje de estudiantes con desempeño avanzado se redujo a la mitad en apenas dos años: pasó del 11% en 2022 al 6,3% en 2024. En tercer grado, apenas el 45% de los alumnos alcanza el nivel esperado de comprensión lectora, mientras que el resto exhibe dificultades severas o incipientes.
Aunque Argentina mantiene altos niveles de escolarización, la calidad del aprendizaje se ha deteriorado notablemente. "Seguimos siendo excelentes en tener a todos los chicos en la escuela, pero los resultados ya no alcanzan lo mínimo necesario para que puedan tener una vida plena", alertó Cipriota. Y agregó una comparación demoledora: "Argentina está dándonos peores resultados que otros países de la región que son más pobres".
En su análisis, la referente educativa no solo cuestionó el sistema de enseñanza, sino también el exceso de demandas que hoy pesan sobre las escuelas. "Se les pide todo: tecnología, educación emocional, medioambiente… pero sin lo básico, que es leer, no se puede avanzar en nada más. Los docentes hacen malabares todos los días", expresó.
El problema, explicó Cipriota, no comenzó con la pandemia, aunque esta sí agravó la situación. "La crisis viene de antes. La pandemia profundizó problemas estructurales que arrastramos desde hace décadas: formación docente, tiempo de aula, enfoque pedagógico, métodos de evaluación. Es un combo complejo que se fue gestando con el tiempo", sostuvo.
La desigualdad social también impacta directamente en los niveles de comprensión. En los sectores más pobres, 7 de cada 10 chicos no comprenden lo que leen a los 15 años. En los sectores más acomodados, la cifra baja, pero no desaparece: son 3 de cada 10. "No es solo un problema de pobreza, es un problema de todo el país", subrayó Cipriota.
Ante este panorama crítico, la campaña #QueEntiendanLoQueLean propone acciones concretas y colectivas. "No podemos quedarnos en la indignación. Todos podemos hacer algo: ayudar a los chicos que tenemos cerca, colaborar en las escuelas, en las bibliotecas, en los merenderos. Es posible sumar", afirmó.
Si bien algunas provincias han comenzado a implementar planes de alfabetización, desde Enseña por Argentina advierten que hace falta continuidad, recursos y compromiso político real. "Necesitamos que se capacite a los docentes, que se evalúe con seriedad y que no se pierda el foco", insistió la directora ejecutiva.
La campaña ya circula por redes sociales, centros educativos y medios de comunicación, con un mensaje claro: sin comprensión lectora, no hay ciudadanía, no hay democracia y no hay futuro. La alfabetización no puede ser solo una consigna; debe convertirse en una política urgente, sostenida y prioritaria. Porque entender lo que se lee no es un privilegio: es un derecho.