"Esto no es mercado, es abuso": productores acusan a las grandes bodegas de imponer condiciones ruinosas
Reclaman precios diferenciados, créditos accesibles y una mesa técnica con participación real. El precio del mosto exportado y la falta de regulación también están en la mira.
En un extenso y crítico diagnóstico, Alfredo Olivera presidente de la Federación de Viñateros de San Juan, expuso ante Zonda Diario la crítica situación que atraviesa el sector y los planteos realizados en una reunión clave con el ministro de Producción, Trabajo e Innovación, Gustavo Fernández, el secretario de Agricultura, Miguel Moreno, y el director de Desarrollo Vitivinícola, Juan Carlos Hidalgo. "El panorama es complicado y el futuro, aún más incierto", aseguró. Sostuvo que si bien la cosecha se pudo realizar con esfuerzo, hoy los productores enfrentan condiciones de comercialización desfavorables, precios en baja, falta de previsibilidad y una concentración de poder en manos de pocas bodegas, que fijan condiciones arbitrarias.
"Nos están pagando precios menores a los del año pasado. En muchos casos, con plazos de cobro que van de junio a diciembre, y otras bodegas directamente no compran", denunció.
El dirigente explicó que los precios actuales equivalen a un fuerte deterioro de la rentabilidad: mientras en 2023 se pagaba $220 el kilo de uva para mosto, hoy se ofrece $150 o menos. "Nos están comprando a valores de regalo", señaló, advirtiendo que incluso las uvas finas, como Malbec, Bonarda o Syrah, no alcanzan los $300, aunque en góndola los vinos no bajaron de precio.
Sin precio diferenciado, el mercado se achata
Uno de los reclamos centrales de la Federación fue la necesidad de establecer un precio diferenciado por tipo de uva y uso final. Según Olivera, hoy se imponen precios únicos, independientemente de la calidad o destino del producto.
"No puede valer lo mismo una uva para pasa que una para mosto. Si tengo una uva de consumo fresco debería valer $800 o $900. En el mercado sanjuanino la venden a $3.000 o $4.000. El problema es que no hay regulación ni diferenciación real", criticó.
Además, alertó que las grandes bodegas aprovechan su posición dominante: compran uva a bajo precio, la trasladan, la almacenan en depósitos, y luego la revenden o procesan en condiciones favorables para ellas, mientras los productores pequeños esperan meses para cobrar lo mínimo.
Preocupación por la desaparición de los pequeños viñateros
Olivera fue contundente sobre el impacto social de esta situación: "Si seguimos así, se funden todos los pequeños productores. Las grandes empresas se van a quedar con las fincas a precio vil. Se pierde valor, se vacía el campo y esa gente termina yéndose a la ciudad sin salida laboral".
Advirtió además que la situación hídrica se suma como otro factor crítico: "Nos entregan coeficientes de agua que no alcanzan, llegan con poca presión, y encima las perforaciones salen carísimas, con boletas de más de un millón de pesos por mes", detalló.
Pedido de créditos reales y reconversión productiva
La Federación también solicitó el acceso a créditos accesibles para reconversión productiva, particularmente para quienes quieran incorporar uvas paseras u otro tipo de cultivos de mayor valor agregado.
"Cada cuartel nuevo cuesta entre 15.000 y 16.000 dólares. Si no hay créditos con años de gracia reales, nadie puede reconvertir. No sirve un crédito que se empiece a pagar a los seis meses", argumentó Olivera.
En esa línea, también propusieron líneas de financiamiento para incorporar energía solar y así reducir costos de perforación y riego. "No tengo un peso para poner paneles. Si no hay ayuda, esto es un ‘sálvese quien pueda’", lamentó.
Mosto y mercados externos: la necesidad de transparencia
Otro de los puntos abordados en la reunión fue el precio del mosto concentrado exportado. Olivera propuso investigar cuánto se paga en mercados como EE.UU. o Brasil y exigir mayor transparencia sobre los valores declarados en la AFIP.
"Si el mosto se vende a 1.600 o 1.700 dólares la tonelada, queremos saber cuánto queda para el productor. Hay que hacer un derrame más justo. No puede ser que se venda afuera a dólares y acá nos paguen $200", expresó.
Se conformará una mesa técnica con participación de los productores
Como resultado de la reunión, se acordó la creación de una mesa de trabajo técnica, con representantes del gobierno y de la Federación, que buscará establecer precios diferenciados, mecanismos de control de mercado y estrategias de sostenibilidad.
"El ministro Fernández nos ofreció trabajar en conjunto. Pondremos profesionales con conocimiento técnico y experiencia productiva. Necesitamos datos reales, información clara y reglas previsibles", subrayó Olivera.
Tarifas, impuestos y emergencia agropecuaria
Olivera también planteó la urgencia de revisar las tarifas eléctricas y los impuestos municipales que castigan al sector. "Nos están liquidando. Y para colmo, nos dicen que para reclamar hay que hacer juicio individual. Es absurdo", denunció.
Además, indicó que los créditos prometidos dependen de que primero se declare la emergencia agropecuaria a nivel nacional, algo que aún está en trámite.
Un modelo que se agota
La advertencia final de Olivera fue categórica: "Así no se puede más. Esto no es mercado, es abuso. Si no hay intervención del Estado para defender al productor, nos fundimos todos. Se vacía el campo, se vacía el interior".
Y remató:
"Nosotros no vamos a aflojar. Vamos a trabajar, a investigar y a pelear por condiciones justas. No estamos pidiendo subsidios, estamos pidiendo reglas claras y precios que permitan vivir".