La bronca de la mamá de Lucía Rubiño: "¿Morderían la mano que les da de comer?
Belen Montilla rompió el silencio luego de que la Justicia sanjuanina decidiera dejar fuera del juicio por homicidio culposo a uno de los acusados por la muerte de su hija. Con la voz quebrada y la mirada firme, acusó al sistema judicial de impunidad, desgaste y complicidad.

La escena fue conmovedora. Apenas minutos después de que el juez Javier Figuerola anunciara el sobreseimiento de Juan Pablo Echegaray en la causa por la muerte de Lucía Rubiño, su madre, Belén Montilla, habló frente a las cámaras y lanzó un mensaje que hizo temblar los cimientos de Tribunales: "¿Morderían la mano que les da de comer? Yo no la mordería. Ninguno la mordería".
Sin rodeos, con la indignación atravesándole cada palabra, Montilla cuestionó la decisión judicial que desvinculó al joven hijo de un juez federal de una de las causas más sensibles de los últimos tiempos en San Juan. "Hoy estoy acá por Simón, por Lucía, por mis hijas, por Jorge, por toda la gente que nos ha acompañado. Porque se rieron de 15 testigos jóvenes que se animaron a declarar. Se están riendo de la juventud. Esta es una justicia descarada, obsoleta, vieja y decadente", disparó sin contener las lágrimas.
Esta es una justicia descarada, obsoleta, vieja y decadente
"Lucía no está en su pieza. No está en ningún lado"
Montilla aseguró que, desde el inicio, sabía cuál sería el resultado del proceso. "Yo estoy acá porque sabía exactamente este resultado desde el primer día. Para mí es lo mismo. Llego a mi casa y Lucía no está. No está en su pieza. No está en ningún lado", expresó con la voz rota por el dolor.
Su crítica no fue solo al fallo, sino al sistema que —según ella— termina desgastando a las familias que buscan justicia: "Saben lo que sucede, que nos agotan a las familias del dolor, porque seguimos luchando. Y llega un momento en que tienen tanta impunidad que la poca energía que nos quedaba ya no la tenemos. Lo poco que nos dieron para respirar lo gastamos acá con estos, haciendo esta pantomima".

La madre de Lucía también cuestionó el valor que se le otorga a nuevas declaraciones y testimonios, como el del joven Manzur, cuyo testimonio fue clave para la defensa de Echegaray. "¿Qué pasa si el señor Manzur viene y declara que le atravesó la camioneta? ¿Vamos a empezar de nuevo?", preguntó, señalando lo absurdo que le resulta un proceso judicial donde la palabra de algunos pesa más que la de otros.
"Bajen la edad de imputabilidad, así gastamos menos energía"
En otro tramo de su declaración, Montilla ironizó sobre los costos emocionales de estos procesos: "Bajen la ley de imputabilidad de menores, así tendríamos un solo juicio y gastaríamos menos energía. La poca vida que nos han dejado, no nos han quitado para todos estos señores que se han pasado cinco días por una apelación".

Su frase, cargada de impotencia, reflejó la frustración de una madre que busca justicia en un sistema que siente que no la escucha. "No hay duda de que pesan los apellidos. Vuelvo a decir: ¿ustedes morderían la mano que les da de comer? Yo no lo dudo", sentenció.

La voz de Belén Montilla no solo expresó el dolor de una pérdida irreparable, sino también la desesperanza de muchas familias que se han convencido de que la Justicia a veces se inclina según el poder, el apellido o el silencio cómplice.