Una embajadora con prestigio internacional del Carnaval de Chimbas
Tienen 35 años y desde los 4 que samba en distintos lugares. Creo un paso de danza y fue reconocida por la CID Unesco. Su vida y su pasión es la danza, por lo que sigue en un proceso de aprendizaje constante
Los instrumentos se alistan, los parches se ajustan, las prendas de gala están listos para ser usados. Todo un combo para homenajear al Rey Momo, ese dios que se cayó del Olimpo y que se distingue por ser burlón y transgresor. Previo a ello hay una gran previa, en la medida que se acerca carnaval, las plazas y las calles cobran vida de noche. Es que los protagonistas de las murgas y comparsas, le quitan tiempo al descanso para lucirse ante el mito pagano de la celebración popular.
En San Juan, esta celebración tiene distintas expresiones, pero en Chimbas hay algo más allá que el sentir popular. "El carnaval de Chimbas, es el mejor de Cuyo", dice Débora Ocampo, 35 años) la protagonista de nuestra historia, que desde los 4 años le dieron un rol protagónico en los carnavales. Ella paradójicamente pasaba de las pilchas del samba brasilero a las pilchas gaucha, pues se especializó en danza y ella es profesora de folklore.
A lo largo de los años, Débora tuvo distintos protagonismos en los corzódromos en los que participó. Pero el baile fue el motor que la llevó adelante. Inclusive creó un paso de danza que hoy ha sido perfeccionado, pero que tuvo el reconocimiento de la Cid Unesco como bien cultural.
Sin dudas, la vida de nuestra protagonista, su pareja y cuatro hijos está llena de danza y música. "Mi vida con la danza comenzó a los 4 años en el Carnaval de Chimbas", por aquel entonces un vecino la llevó a participar en la comparsa del Barrio Los Pinos, lo que sin dudas fue el descubrir en la danza, lo que luego sería su forma y estilo de vida. "A lo largo de los años siempre fue partícipe de la comparsa Samba Sol", lo que la llevó a que por 13 años consecutivos sea la pasista del carnaval y 9 años campeona a nivel provincial. También como bailarina folclórica junto a su pareja participa de distintos festivales a lo largo del país.
Débora con los años se fue perfeccionando en lo que a danzas se refiere y en la actualidad es la directora del Instituto de Danzas Falak. Sin dudas, uno de los máximos logros de esta chimbera en su carrera artística fue el reconocimiento de la CID Unesco como la "mejor bailarina de samba del país". Para ello las bailarinas marcan un puntaje a nivel nacional "y luego se hace una competencia en Buenos Aires donde son citadas las bailarinas que tienen trayectoria". Nuestra bailarina recuerda que "creo un paso que se llama "samba no pe", que es reconocido a nivel internacional, por lo que", por lo cual recibe este galardón del organismo internacional.
El reconocimiento internacional "es un orgullo, si bien esto ocurrió hace varios años en el 2011. Luego se fue estilizando y perfeccionando en la medida que fue pasando el tiempo".
Agrega que "es un orgullo el ser chimbera y haber llevado tan alto la bandera de mi carnaval"
Cuando define su vida ligada al arte, expresa con orgullo "que la danza es una pasión, una entrega, un compromiso y una disciplina que nace desde el alma". Sobre el participar de varias danzas sostiene que "es la fusión, es la forma de conjugar lo que se quiere". Remarca que "es la pasión lo que te lleva a explorar distintas disciplinas".
En la actualidad, Débora sigue ligada al carnaval y su esencia "doy talleres de samba", por ejemplo. A su vez, como bailarina folklórica, sigue compitiendo en los festivales nacionales. Pero también sigue con su pasión por el carnaval "soy la encargada de la delegación oficial del carnaval, que es la que se encarga de promocionar y de elegir a las mejores", a su vez agradeció a la actual intendente Daniela Rodríguez, que la puso como comisario de pista, en la actual celebración del corzo. "En esta labor se toman los tiempos, se controlan las delegaciones de todos los rubros que están en competencia". En ediciones anteriores también fue jurado en el Carnaval de Chimbas.
Sobre el danzar
Débora Ocampo reconoce que la danza siempre da muchas satisfacciones. Pero también tiene una importante labor social y de inclusión. "Es una inclusión en todos los sentidos, aleja a los chicos de la calle, las drogas. A los jóvenes les permite vivir de una manera diferente, pues tienen un compromiso con los preparativos, los ensayos".