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Historias

Amor de madre sin importar los colores

Pasó River por San Juan y ademas del resultado, del operativo policial, de los neutrales, del calor también hubo muchas historias para contar, pero una de esas tantas es la de Claudia, hincha de Boca  que llevó a su hijo Bauti, fanático de River.

Ni bien entró a la cancha, Bauti le pidió a su mamá que le saque una foto para recordar toda la vida.

Cuando llegó a su casa, Bautista le dijo a su mamá que los chicos del barrio andaban diciendo que venía River a San Juan.Con 11 años y la inocencia a pleno, el pibe hizo la pregunta sin entender mucho de la realidad. ¿Puedo ir a ver a Armani y a Gallardo?

Fue en ese momento en que Claudia,  tuvo un nudo en la garganta que no le dejó responder con rapidez. Fue una fracción de segundos y por la cabeza de mamá de Bauti se cruzaron otras miles de de preguntas. ¿Cuanto saldrá la entrada? ¿Me alcanzará para comprarla? ¿Como lo llevo yo si soy de Boca?...

"Bueno ya veremos Bauti, cuando empiecen a vender las entradas vemos" fue la respuesta que se animó a decir Claudia.

Después de ese día, la pregunta se repitió a diario ¿Pudiste comprar la entrada?. 

Llegó el día de la primera preventa pero no llegó a tiempo y se generaba otro problema . Lo que tenía no le alcanzaba para la segunda preventa. La tarjeta de crédito estaba demasiada recargada, pero no le quedó otra. Cuando salió a luz la venta de entradas Claudia pagó los $160.000 y se sacó un peso de encima.

Bauti solo subió un ratito a donde estaba para pedir si podía comprar una gaseosa.

Cuando Claudia le contó a Bauti que iría a la cancha para ver a River hubo lágrimas de emoción y felicidad de ambos lados. Pero se venía un segundo problema para solucionar. ¿Con quien iba Bauti a la cancha?.

La primera opción fue el novio de la hermana de Bauti, pero el cuñado desistió por un compromiso que tenía. No había opciones a la vista y Claudia, fanática de Carlos Tevez y de Boca no le quedó otra que decir "Te llevo yo"

A las sies y media de la tarde se bajaron del cole de la red tulum que los dejó en Libertador y Mendoza. Con sol ardiendo y los casi 42° mamá e hijo iban camino a Concepción.

Cuando llegaron al club por calle Lautaro y Entre Ríos ya había mucha gente "Neutral". Bauti no había ido nunca a la cancha de San Martín y estaba a punto de cumplir su sueño de ver a River

Bautista vivió el partido pegado al alambrado y gritando por su River mientras su mamá Claudia controlaba todo desde arriba del quinto escalón de la tribuna sur.

Le agarró fuerte la mano a su madre antes de que le hagan la requisa. No entendía mucho, pero era una de las experiencias que entregaba ir a la cancha.

Los ojos bien abiertos y con asombro miraba para los cuatro costados del estadio Hilario Sánchez. Bauti ya sabía que serían los menos en el estadio que alentarían por River. Tampocoentendía porque no podía ponerse la camiseta que le trajeron los reyes magos.

Como llegaron temprano pudieron ponerse detras del arco sur casi en los últimos escalones. Pero Bauti solo duró cinco minutos sentados, la emoción lo embargaba y le pidió permiso a su mamá para pegarse al alambrado así podía ver mas de cerca a los jugadores.

Mientras Claudia miraba y controlaba todo desde arriba, Bauti ya no aguantó mas y cuando Armani fue sobre ese arco para hacer la entrada en calor se subió al alambrado y le gritaba Armani...Armani...Armani.

Cuando el arquero se dio vuelta  y saludó hacia la tribuna, Bauti se atribuyó ese saludo para él. Se dio vuelta y miró a su madre y le gritaba "Viste que me saludó".

Claudia a esa altura ya se había olvidado del calor y los ojos brillosos tenían mas que ver con la emoción que vivía su hijo.

Todo el partido lo vivió desde el mismo lugar. Estuvo activo, gritando y esperando un gol en ese arco. Pero no llegó. Sin embargo la sonrisa se le volvio a ver con el gol de Borja. Fue grito de gol con el alma y sonrisa. Otra vez mirada a donde estaba su madre.

El partido se terminó, ganó River y los jugadores miraron hacia el sur antes de irse a vestuarios. Bauti ya estaba subido al alambrado cantando las canciones del millonario con una felicidad inmensa.

Con el calor que no daba tregua, salieron de la mano caminando por calle Entre Rios con un niño que no paraba de hablar y contar su experiencia vivida.

Como había que esperar al 214 que pasaba después de la medianoche, los dos solitos en la parada del cole, sentados en el cordón de la calle, Bauti abrazó a su madre y le dijo al oído "Gracias Mamá por hacerme tan feliz hoy, no me olvido mas que vi a River por primera vez con vos".

El colectivo llegó se subieron y los dos se sentaron el último asiento y fueron recordando todo lo vivido.

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