El nuevo Canciller despide a secretarios y subsecretarios
El ex embajador de argentina en Estado Unidos, ahora en el lugar que ocupaba Diana Mondino empezó el operativo purga para apartar a funcionarios tras su llegada.
La repentina salida de Diana Mondino de la Cancillería argentina ha provocado un cambio significativo en la dirección de la política exterior del país, con Gerardo Werthein, hasta ahora embajador en Estados Unidos, tomando el cargo. Su nombramiento marca un giro hacia la austeridad en la diplomacia argentina, con el foco puesto en reducir gastos y reformar el sistema diplomático.
Una de las primeras acciones de Werthein será el cierre de embajadas y consulados en países con escaso intercambio comercial con Argentina. Estas sedes diplomáticas serán reemplazadas por Agencias Nacionales, que operarán con un equipo reducido y menor presupuesto, garantizando únicamente los trámites esenciales y la asistencia ciudadana en el extranjero. Aunque aún no se ha definido la lista exacta de oficinas que se cerrarán, la intención de recortar costos ha sido reiterada por funcionarios, quienes justifican la medida destacando los altos salarios de los embajadores, que rondan los 15,000 a 20,000 dólares mensuales, lo cual consideran excesivo en algunos casos.
Además de esta reducción en embajadas, Werthein planea implementar una reforma profunda en el sistema diplomático, que incluiría recortes salariales y limitaciones en gastos de viajes oficiales. La nueva gestión también implica cambios en la estructura interna del Ministerio de Relaciones Exteriores, con la destitución de varios secretarios y subsecretarios nombrados por Mondino, como Marcelo Cima, Paola Di Chiaro, y Ernesto Gaspari. Sin embargo, Nahuel Sotelo, cercano al Vaticano, permanecerá en su puesto como secretario de Culto y Civilización, debido a su vínculo de confianza con el entorno presidencial.
Werthein asumirá formalmente su cargo en una ceremonia en la Casa Rosada, donde el presidente Javier Milei le tomará juramento. La transición promete establecer un nuevo esquema en la Cancillería, con Werthein trabajando en la redefinición de la estrategia diplomática argentina, alineada con las prioridades del nuevo gobierno.