Con la presencia de Milei, el Papa Francisco canoniza a Mama Antula
En la Basílica de San Pedro, el Sumo Pontífice proclamó a la primera santa argentina.
En una emotiva y trascendental ceremonia de canonización celebrada en el Vaticano, María Antonia de Paz y Figueroa, conocida como Mama Antula, ha sido elevada al honor de los altares, convirtiéndose así en la primera santa argentina. El evento, que contó con la participación del presidente argentino, Javier Milei, y el Papa Francisco, también argentino, marca un hito en la historia religiosa y cultural del país.
La ceremonia, que tuvo lugar en la Basílica de San Pedro, comenzó con un saludo protocolar del Presidente argentino y su delegación, que incluyó a su hermana Karina, secretaria general de la presidencia, la canciller Diana Mondino, y los ministros del Interior y Capital Humano, Guillermo Francos y Sandra Pettovello, respectivamente. La sacristía de la basílica estaba adornada con un imponente tapiz que retrataba la imagen de la recién proclamada santa argentina.
El punto culminante del evento fue la emotiva ceremonia de canonización, presidida por el Papa Francisco, quien leyó la fórmula en latín elevando a Mama Antula al máximo honor de los altares. El momento estuvo marcado por la presencia de 50 cardenales y obispos, entre ellos Vicente Bokalic, obispo de Santiago del Estero, el arzobispo de Buenos Aires, Jorge Ignacio García Cuerva, y el obispo auxiliar de La Plata y secretario general del Episcopado, monseñor Alberto Bochatey.
Durante la celebración, se destacó un pedido especial por parte de los presentes, instando a que los gobernantes argentinos encuentren la sabiduría del diálogo y contribuyan al bien común, un llamado que resuena en medio de los desafíos y divisiones que enfrenta el país.
El presidente Milei, quien estuvo ubicado en primera fila junto al Pontífice, compartió un impactante abrazo con el Papa al finalizar la ceremonia, un gesto que simboliza un nuevo capítulo en las relaciones entre la Iglesia y el Estado argentino.
La liturgia estuvo impregnada de representatividad de la familia Antulana, con lecturas realizadas por figuras significativas de la comunidad religiosa, como Fernanda González, laica consagrada de la Arquidiócesis de Buenos Aires, y una hermana de las pobres bonaerenses, que honraron la memoria y el legado de Mama Antula y su labor en la Casa de Ejercicios Espirituales de Buenos Aires.