Lucha antigranizo: no se rompen tormentas, sino que se reduce el tamaño del granizo

La crisis hídrica también se refleja en el bajo nivel de precipitaciones pluviales, lo que pone a la mayoría de los campos en el llano en una sequía extrema. Si bien las condiciones, aparentemente pueden sufrir algunos cambios, a raíz de la llegada del fenómeno del niño, recién podrían notarse en la temporada estival en lo que a nieve se refiere y en tormentas de lluvias focalizadas y violentas en el verano. 

Pese a esto las condiciones del campo, sobre todo el que aporta pasturas naturales al ganado extensivo alimentos, son pobrísimas. Esto lleva a que aparezcan mitos que muchas veces impulsados intencionalmente hacen que la gente tenga temor. Uno de ellos es que los cañones y aviones antitormentas son los culpables de que no llueva. Que lanzan bombas en el aire y provoca que las tormentas se desintegren y no caiga una gota de agua. Nada más lejos de la realidad pues estos la única función que cumplen es en la lucha antigranizo, teniendo en los aviones una eficiencia interesante, mientras que a los cañones se los considera totalmente inútiles para esta actividad. Algunos consultados explican que las nubes graniceras se forman a los 5000 metros y como mucho un cañón tiene su impacto en los 600 metros. Hoy los reclamos de los pequeños productores y ganaderos se dan en el sur de la provincia, en el límite con la provincia de Mendoza. Ellos apuntan sus críticas a los grandes emprendimientos productivos de la zona.

Vale marcar que la página ambientalista Econews, que tiene alcance internacional se hizo eco de la sequía en San Juan y cargó contra los emprendimientos olivícolas y vitivinícolas que tienen este tipo de elementos para proteger los cultivos del granizo, magnificando que los productores utilizaban estos bombardeos para destruir las tormentas, para que no llueva. 

De hecho, fuentes consultadas indican que, en la zona sur de la provincia, a la altura de Campo Grande del Acequión hay una sola empresa que tiene un solo cañón, que a entender de agrónomos locales no tiene ningún tipo de impacto en la zona productiva.

Ante este panorama, Zonda Diario dialogó con Julio Eluani, director de Contingencias Climáticas de la provincia de Mendoza, quien dio detalles de cómo funciona el programa que ellos implementaron en la década del 90 del siglo pasado y que a lo largo del tiempo fueron perfeccionando hasta llegar al estado actual.

En la provincia de San Juan, el posible efecto de los cañones antitormentas ha causado la airada protesta de pequeños productores que creen que estos impactan contra las lluvias que pueden ocurrir en el lugar. De hecho, en el sur de la provincia, sobre todo en el límite con Mendoza donde la isoyeta de Guanacache tiene aproximadamente precipitaciones de unos 120 milímetros al año. 

En el campo muchas veces se escuchan explosiones "que provocan una onda de sonido que afectaría sobre la tormenta, pero nosotros no hemos podido comprobar la utilidad y eficacia de los cañones. Por ello no los utilizamos en forma oficial, más allá que hay algunos productores que los tienen".

Ante los planteos en contra de la utilización de este tipo de herramientas para la lucha antigranizo, porque romperían las tormentas y no llovería, el funcionario mendocino afirmó que "en estricto rigor es más probable que aumenten las lluvias. Lo que nosotros hacemos es que el granizo disminuya de tamaño y al hacerlo aumenta la cantidad de agua que cae".

Agrega que "la dinámica de las nubes hace que se estén hidratando constantemente y si uno busca un efecto en la nube en una zona, una vez que se deja de sembrar, la nube se sigue regenerando y continúa su ciclo natural, no hay ninguna interferencia".

Eluani explica que también tienen en Mendoza quejas de sectores ganaderos, que opinan que rompemos las tormentas y "eso no es así. Si pudiéramos destruir a las tormentas, lo haríamos sobre los oasis y no tendríamos ningún tipo de problemas con el granizo".

De la acusación al mito, paso corto

El funcionario mendocino afirmó que tienen en la dirección de Contingencias Climáticas de su provincia un comité científico compuesto por especialistas, doctores en ciencias atmosféricas e integrantes del Conicet, que avalan nuestro trabajo. "Hay una escuela internacional de ingenieros de Estados Unidos y nosotros nos basamos en lo que ellos hacen con mucho trabajo científico".

Pero en tiempos de crisis hídricas- lluvias, por ejemplo- siempre renacen recelos de los sectores de menos recursos. Julio Eluani manifestó que "se habla de los aviones antitormentas mendocinos en lugares insólitos como en Chepes o San Luis, donde uno lee que los productores están molestos. Estos aviones jamás han salido de Mendoza salvo para hacer algún mantenimiento". Agrega que "es como que hay una teoría conspirativa sin fundamento alguno".

Es por esto que remarca que "si fuéramos capaces de destruir tormentas lo haríamos siempre arriba de los oasis y no tendríamos nunca granizo". El trabajo que realizan reduce la tormenta de granizo en el 30 o 40% y "dependiendo de las condiciones atmosféricas se puede lograr más eficiencia"

"Lo que hacemos es la modificación del tiempo atmosférico y lo que buscamos es mitigar los daños que se producirían sino lo hubiéramos hecho aplicando las técnicas".

Cuando comenzaron en Mendoza herramientas para mitigar las granizadas "utilizábamos misiles rusos, teledirigidos con un radar que tenían la misma técnica que usamos ahora con mayor eficiencia". Agregó que "luego contrataron una empresa de Estados Unidos". Para finalizar adquirieron cuatro aviones con cuatro radares "haciéndose cargo en forma directa de la gestión de estos recursos".

En cuanto a lo que hacen con los aviones contó que con los aviones hacemos lo que "le llamamos siembra de base, en la que el avión se coloca en las corrientes de aire que alimentan a la nube y enciende bengalas que se van consumiendo. No se tiran, sino que el ambiente las va quemando, lo que hace que el yoduro de plata llegue a la nube y mitigue el granizo". También tiran por encima de la nube bengalas pequeñas con yoduro de plata. En ambos casos estas no hacen explosiones.

El yoduro de plata es un cristal como la sal "y es lo que nosotros llamamos como competencia benéfica", lo que lleva a que "los núcleos de hielo se multipliquen y el granizo no tenga tanto tamaño". "De esta forma se forman más núcleos de hielo, pero de menor tamaño". Explica que cuando hay una nube bien sembrada "podría caer granizo del tamaño de una lenteja o inclusive puede convertirse en lluvia".

Sobre los cañones

-Estiman que el alcance de los cañones antigranizo es de alrededor de 600 metros de altura, lo que no impactaría de manera directa sobre las nubes graniceras que se forman a más de 5000 metros de altura.

- El posible efecto nocivo de los cañones antigranizo ha llegado a autoridades del Ministerio de la Producción de San Juan quienes en breve solicitarían algún tipo informe técnico a la Universidad para que se exprese en forma técnica.

- La jueza de Paz letrada pidió un informe en Sarmiento sobre el uso de los cañones y su impacto ambiental. De acuerdo a lo que transcendió ayer estaría en sus manos para dar respuestas.

Más allá de los aviones

De acuerdo a lo que explicó el funcionario en zonas donde es difícil abordar las tormentas con los aviones han fijado una línea de seguridad a una distancia de la cordillera, en línea con la ruta 40 "tenemos instalados 15 generadores de superficie en la zona de génesis de las tormentas, sobre todo en la zona de Valle de Uco. Estos tienen el mismo efecto que las bengalas. Evapora la misma sustancia yoduro que sube con las corrientes de aire".