¿Despedida del camino corto?
La derrota ante Defensores de Belgrano del lunes deja a San Martín a 7 puntos del líder Almirante Brown. Al Verdinegro le quedan 33 puntos por disputar, matemáticamente la posibilidad está, pero ¿en lo futbolístico?
Equilibrio. Esa es la virtud que hoy no tiene San Martín. Hasta hace algunas fechas atrás eso se reflejaba en el rendimiento de un partido de local a un partido de visitante.
Pero desde el juego con Almirante Brown se acentuó en un mismo partido sin importar la condición en la que se juega.
En Isidro Casanova ganaba bien y perdió un par de chances claras para aumentar. Pero le empataron y lo perdió después.
Con Vélez por Copa Argentina, lo ganaba, se lo empataron y casi lo pierde.
Frente del Dragón del Bajo Belgrano se perdió varios goles, lo ganaba tranquilo. Dos errores y lo perdió al partido.
La imagen del Verdinegro no solo debe mirarse desde lo futbolístico, sino desde lo psicológico. El plantel no asimila la adversidad. No es capaz de sobreponerse a los errores o la mala fortuna.
Se pierde y no encuentra el rumbo.
Un equipo en esas condiciones difícilmente pueda lograr el objetivo final porque se requiere de un grupo fuerte desde todos los ámbitos.
San Martín traslada y rota bien la pelota cuando no esta en desventaja. Pero si pierde o se lo empatan le cuesta jugar y cae en el pelotazo fácil para los delanteros.
¿De quien es la culpa? ¿Del entrenador? ¿De los jugadores? ¿De los hinchas? ¿De los dirigentes?
Hay culpas compartidas. Cuando la cosa viene mal, nada mejor que un aliento ensordecedor. Si viene mal es porque desde adentro de la cancha los que ejecutan el juego no lo hacen bien, lo que no significa que sean malos pero ante 8 ocasiones de gol convertir una sola y que lo haga un defensor y que ese defensor sea el goleador del equipo habla de que algo no anda bien.
Que el entrenador no realice los ajustes correspondientes o no le salen también es posible, pero lo que se ve es lo que hay y no mucho mas. Allí entra en escena los dirigentes, porque eso es lo que se pudo armar a principio de campeonato.
Caerle específicamente a un jugador sería injusto. A Monllor en el primer gol ante Almirante, a Pelaitay por el gol en contra o a Villegas por cometer penal y por dejar moverse a Benegas para que defina. Eso sería muy fácil.
San Martín no tiene un goleador. Tiene idea de juego, sabe como es el camino pero no lo ejecuta como corresponde por falencias.
En estas condiciones es muy difícil poder llegar a la primera final por el ascenso directo. Mirar el reducido debe ser la clave y en los 11 partidos restantes corregir los errores.
César Monasterio: "Jugamos bien el primer tiempo y nos faltó un gol mas para lo que hicimos. En el segundo el gol tempranero nos cambió todo y nos nublamos de ideas y encima cuando estabamos cerca del segundo, en un contragolpe nos convierten. No perdimos porque no estaba Masuero, no podemos convertir las acciones que generamos. Todavía quedan chances y vamos a pelear hasta el final, que se queden tranquilos hinchas porque no vamos a aflojar".
