La historia de una mamá que honra a su hijo fallecido con solidaridad
Yamila Miers, hace regalos a un niño que cumpla el mismo día que su hijo, quien falleció cuando era un recién nacido.
En esto actos, la mujer encuentra la felicidad en la sonrisa de los chicos que ayuda a celebrar su día especial.
El caso de Yamila Miers nos recuerda que el amor de una madre no tiene límites y que puede transformar el dolor en una fuerza increíble para ayudar a otros. Hace cinco años, Yamila perdió a su pequeño hijo Erwin Benjamín, un bebé de 3 meses que nació con una cardiopatía y síndromede Down y que murió tras una bronco aspiración. La muerte del pequeño fue un golpe muy duro para Yamila y su familia, que vivían en el asentamiento La Defensa de La Bebida en San Juan.
Pero en lugar de dejarse vencer por el dolor, Yamila decidió convertir su pérdida en una oportunidad para ayudar a otros niños y niñas que necesitan un poco de alegría en sus vidas. Todos los años, en el cumpleaños de su hijo, Yamila busca un niño o niña que cumpla años el mismo día que Erwin y le regala un obsequio. Al principio, eran tortas, pero con el tiempo ha ido ampliando su gesto de amor y ha organizado hasta chocolates y cualquier cosa que pueda regalar a los niños. Todo acompañada por su mamá que la ayuda a realizar la tarea.
Y cada año, cuando entrega su regalo, se siente feliz de ver cómo su gesto transforma la cara de los niños y niñas que reciben su torta y sus regalos. "Siempre es con gente humilde, educada y agradecida, que a veces solo iban a hacer un juguito al nene para compartir y con la torta se ponen muy felices. Los padres son muy agradecidos y yo me pongo muy feliz", cuenta Yamila.
Este año, Yamilia estuvo buscando niños en redes sociales para realizar su acto solidario. Encontró a dos, pero como no le alcanzaba para dos regalos, le dará al primer niño ya que su madre se contactó primero con ella. Pero, de todas formas, le dijo a la mamá del otro niño, que también cumple 28 de marzo, que la va a tener en cuenta para el año que viene.
Para esta madre sanjuanina, su acto de amor es una forma de mantener vivo el recuerdo de su hijo Erwin y de ayudar a otros niños y niñas que pueden necesitar una mano amiga. Es una historia conmovedora que nos recuerda que, incluso en los momentos más oscuros, el amor y la solidaridad pueden ser una luz de esperanza para los demás y para uno mismo.
