La más hermosa historia de amor

En una entrevista que dio hace un par de años Lionel Messi, dijo que "Solo Dios sabe cuando pasarán las cosas y que él como jugador lo seguiría intentando".

Después de frustraciones al por mayor para la selección, el proceso se empezó a encaminar a partir de la obtención de la Copa América y la clasificación al mundial.

Y Qatar llegó en el mejor momento de Lionel Messi y lo terminó demostrando en los siete partidos que jugó.
El arranque con Arabia Saudita  fue el comienzo de una historia que tuvo sinsabores y cambios en el clima. 

El perder abrió las cabezas de varios y al contrario de otras oportunidades, la gente apoyó y creyó tanto como a los jugadores.
A partir de la genialidad de Messi con su gol ante México, todo empezó a delinearse. Con su golazo Enzo Fernandez no solo se ganó la titularidad del equipo sino que se convirtió en pieza clave.

Frente a Polonia, el partido perfecto se vio con la aparición de Julián Alvarez.
Argentina fue creciendo a partir de como enfrentaba las presiones. Le ganó a Australia con un sufrimiento en el final.

Y se vino Países Bajos con mas charla afuera y adentro con mucho sufrimiento para la definición por penales con el Dibu extraordinario. Ese partido que estuvo picante mostró al Messi que quería la gente y la frase inmortal "Anda palla bobo" quedará para la historia.

Elegancia y distinción ante Croacia para llegar a la sufrida final con Francia, ese capítulo final que fue maravilloso. Baile en el primer tiempo, angustia en el segundo, extasís  y desazón en el alargue pero con el final feliz que se merecía Messi.

Campeones del mundo. La alegría descontrolada de un pueblo que estaba unido por la misma pasión: el fútbol. Esa hermosa sensación de sentirse orgullosamente argentino no se compara con absolutamente nada.