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ESPECIAL NAVIDAD

La pirotecnia y las mascotas

El uso de pirotecnia para festejar la llegada de la Navidad y despedir el año, es una atracción muy arraigada en la sociedad. Pero los que más sufren estos fuertes estruendos son personas con autismo, veteranos de guerra y las mascotas. 

El espectro auditivo de un humano, para percibir un sonido, es de 16 a 20 hz promedio, mientras que, el de nuestros perros, es de 20 a 65 hz promedio. Esto quiere decir su sensibilidad a los ruidos es mucho mayor a la nuestra: un 300 % más alta.

Es por ello que son capaces de escuchar sonidos que, para nosotros, resultan imperceptibles. Estos ruidos matan células sensoriales que se encuentran en los oídos, células que no se regeneran, dejando severas discapacidades auditivas en las sucesivas exposiciones anuales.

¿Cómo sabemos si nuestra mascota está sufriendo?

Perros y gatos no entienden qué pasa, lo cual les genera un grado muy alto de ansiedad y angustia, que se manifiestan con un aumento en la frecuencia cardiaca, jadeo, salivación, temblores, sacudidas, sensación de atragantarse, náuseas o molestias abdominales y hasta la muerte.

Estas alteraciones provocan en la conducta animal intentos de escapar descontroladamente, incentivado por el estado de pánico, durando varios minutos y en los casos severos se extienden por varias horas. Los ataques de pánico son resultado del miedo que les ocasiona percibir los estruendos de la pirotecnia.

¿Cómo ayudarlos?

Los gatos deben contar con un lugar seguro para esperar a que pase el momento de los fuegos artificiales. Por ejemplo, un armario en el que no haya nada que pueda romper ante una reacción inesperada ni ningún objeto peligroso para su propia integridad. La música clásica y la compuesta especialmente para ellos por el músico David Teie puede ayudar a relajarlos.

Con los perros, es conveniente sacarlos a caminar, siempre con correa (nunca suelto) para que se cansen y hagan sus necesidades. Así estará más tranquilo el resto del día. Cerrar todas las ventanas, persianas y puertas para insonorizar el ruido todo lo posible.

•Preparar un sitio aislado del ruido con su cama y manta para que pueda refugiarse en el momento de ruido.
•Poner música (clásica, jazz, rock suave, el rock sinfónico y el reggae) puede ayudar a tranquilizarlos.
•Es muy importante Identificarlos con una chapita o collar en el que se vea claramente un teléfono de contacto para que, si se escapan, puedan ser devueltos.
•Poner bolitas de algodón en sus oídos para disminuir el nivel de ruido.
•Es bueno ser indiferente en el momento que estén asustados porque el animal piensa: "si mi lobo alfa me acaricia cuando tengo miedo, está bien tener miedo". En cambio, si él manifiesta indiferencia, significa que no hay peligro. Es preferible cierta indiferencia a la sobreactuación, pero siempre controlándolos.

•Si la mascota se esconde debajo de la mesa, de la cama, sillas o en cualquier otro lugar, lo mejor es no sacarla de ahí y dejarla tranquilo, ya que ahí se siente más segura.

¿Pueden usarse tranquilizantes?

Si. Pero siempre hay que hacerlo bajo control veterinario. Nunca automedicarlo, ni prescribir en base a la información del prospecto. Hay que consultar al veterinario de confianza, ya que algunos animales no pueden recibir sedantes. Además, la dosis depende de las características del animal (edad, tamaño, raza, biotipo, temperamento y patologías que pueda padecer, como problemas cardíacos o epilepsia).

Si se decide medicar a la mascota, nunca hay que usar el sedante por primera vez el día de las fiestas. Siempre conviene ensayar y saber cuál es la reacción del animal ante el sedante. Esto permite determinar si la dosis es la adecuada, cuánto tarda en hacer efecto el sedante, cuánto va a durar el efecto y qué efecto le hace. No todas las mascotas reaccionan igual, incluso en algunos animales los sedantes tienen efecto paradojal: en lugar de calmarse, se excitan al ingerir una medicación.

Vendaje Tellington Touch

Este tipo de vendajes con tacto y presión generan en los perros la sensación de calma y contención, similar a lo que percibimos los humanos al recibir un abrazo por más de 30 segundos.

¿Qué no hacer en el momento de la pirotecnia?

•No atarlos porque se pueden lastimar o ahorcar. 
•No dejarlos en una terraza, balcón o lugares con piletas a las cuales pueden caerse. 
•No abrazarlos o acariciarlos porque esto refuerza su reacción de miedo ante la pirotecnia 
•No mostrarse asustado o nervioso. Si estamos tranquilos, ellos se calmarán. 
•No retarlos ni gritarles.

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