Pese a la desaceleración de la inflación y una baja base de comparación, las ventas en supermercados y autoservicios siguen en rojo. En el primer trimestre, el retroceso fue del 8,6%.

 La aceleración de la inflación y el impacto en los precios de los alimentos generan una caída prolongada en el consumo masivo, mientras que los aumentos de la canasta básica alimentaria y total golpean más a los hogares argentinos.

Aunque el consumo masivo cayó un 10,6% en enero, las perspectivas para el cierre de 2025 son moderadamente optimistas, con un crecimiento del 3% impulsado por la demanda de alimentos, bebidas y productos de limpieza.

Las ventas en todos los canales reflejan un escenario negativo, con un impacto mayor en el interior del país. La pérdida de poder adquisitivo sigue siendo la principal causa de este desplome.

En medio de una inflación acelerada y el cambio en las políticas de consumo como el fin de Precios Justos y Compre sin IVA revelan un descenso drástico con un impacto mayor en el interior del país.

Un estudio señala que los consumidores deciden gastar su dinero en productos no perecederos antes de que la moneda pierda más valor