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11 de Noviembre de 1976

La gran noche del hockey sobre patines en el Luna Park

La Selección Argentina enfrentó a España, que se había consagrado campeona del mundo unos meses antes en Oviedo, ante más de 5.000 espectadores.

Mario Andino maneja la bocha, junto a él un joven Mario Agüero.

El Luna Park, uno de los grandes templos del deporte argentino, fue escenario de inolvidables noches para los deportistas argentos, ocupando el box un lugar de privilegios. Pero también recibió trascendentes eventos religiosos, políticos, artísticos y sociales, entre ellos, el velatorio de Carlos Gardel, la presencia del Papa Juan Pablo II y el casamiento de Diego Maradona.

El hockey sobre patines fue protagonista de una de esas noches inolvidables que el estadio porteño, actualmente cerrado, subo albergar. El 11 de noviembre de 1976, se enfrentaron España, que se había consagrado campeona del mundo unos meses antes en el torneo disputado en Oviedo, y Argentina, que alcazó el subcampeonato en tierras españolas.

Según las crónicas de la época, el partido, que fue presenciado por más de 5.000 espectadores,  tuvo a España como claro dominador y a su capitán, Ramón Nogué, con más de 175 partidos internacionales en sus hombros, como la gran figura de la noche.

En el desarrollo del encuentro, según los relatos periodísticos, "la fuerza le ganó a la técnica. Hubo nerviosismo y tensión, especialmente de parte del equipo argentino. Mario Andino, el más parejo y gravitante de los locales, perdió la serenidad en repetidas oportunidades".

Con relación a la actuación del resto de los jugadores argentinos, "Mario Agüero se excedió en individualismo; Daniel Martinazzo apareció frío y ajeno al ritmo vertiginoso del juego, José González realizó una buena marca sobre el talentoso Nogué".

Más de 5.000 espectadores presenciaron el partido.

El técnico argentino, Santos Álvarez, puso en el rectángulo de juego a Briones, González, Andino, Agüero y Coria; mientras que el español Juan Sabaté mandó a la cancha a Trullols, Edo, Humberto Ferrer, Giralt y Nogué.

Más allá del dominio español y de la gran cantidad de situaciones de gol que tuvo, convirtiendo al joven arquero argentino, el mendocino Jorge Briones de 19 años, en figura, el encuento terminó empatado 2 a 2.Andino abrió la cuenta para los Albiceleste, empató Nogué, aumentó Coria para los locales, igualando nuevamente el capitán español.

José Luis Barrio, cronista de la revista El Gráfico, redactó en su nota: "El presente es España. La Argentina puede ser el futuro. Briones, Agüero, Rubio, Martinazzo, son todos jóvenes. El Mundial de 1978 tal vez sea el comienzo de una nueva y agradable realidad. El trabajo serio que se está haciendo debe continuar".

Lo que escribió Barrio aquella noche sobre lo sucedido en el Luna Park, fue una premonición que se cumplió dos años después en San Juan, cuando ese equipo Albiceleste dio la vuelta olímpica en la pista del Estadio Aldo Cantoni, el templo del hockey sobre patines argentino.

Un jugador argentino cae ante la marca de un español.

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