Sergio Uñac, intenta medirse el traje presidencial, le quedará bien?

Tras un período de discreción, Sergio Uñac reapareció con una mirada puesta más allá de su provincia. En una entrevista de alcance nacional, el exgobernador y actual senador afirmó que "el equilibrio fiscal y la inflación controlada son dos ejes que el peronismo no debería discutir más", frase que muchos interpretan como el inicio de un discurso presidencial.

Su tono cambió notablemente, dejando atrás la perspectiva local y adoptando un mensaje dirigido a la escena nacional. Uñac sostiene que el peronismo debe "repensarse y reinventarse", y que la próxima fórmula presidencial debería incluir "un componente del interior", un guiño indirecto a sus propias aspiraciones.

A sus 54 años, intenta construir la imagen de un dirigente moderado y racional, que proponga una tercera vía dentro del justicialismo. Sin embargo, surgen interrogantes: ¿puede alguien que perdió apoyo en su provincia ser la esperanza de un peronismo dividido?

Durante sus ocho años de gestión, Uñac se consolidó como un gestor eficiente, aunque su gobierno dejó a un peronismo fragmentado, una economía provincial dependiente de la obra pública y un liderazgo que se debilitó tras su fallida reelección. Desde su banca en el Senado, adopta ahora un discurso técnico y menos emotivo, con un objetivo claro: las elecciones de 2027.

Sus declaraciones parecen parte de una estrategia para recuperar protagonismo nacional. Reconoce que "dar un paso más puede ser lógico", abriendo la puerta a una posible candidatura, pero la duda persiste sobre si cuenta con el impulso necesario o si es solo un esfuerzo por volver a la escena tras la derrota provincial.

En el complejo juego político argentino, los silencios también comunican. Luego de meses de reserva, Uñac irrumpió con un mensaje que suena a campaña. La pregunta que resta responder es si su experiencia provincial será suficiente para competir por la presidencia. Por ahora, esa respuesta se encuentra en construcción.