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Cooperativas

FECOAGRO se reorganiza y logra vender semillas de huerta orgánica a casi todo el país tras el fin del Pro Huerta

Tras la baja del programa nacional en abril de 2024, la Federación de Cooperativas Agropecuarias de San Juan debió reestructurarse. Aunque el volumen de ventas se redujo, la entidad logró sostener su actividad comercializando semillas a distintas provincias, principalmente con gobiernos peronistas.

La Federación se reorganiza

Luego de la finalización del Programa Pro Huerta, que durante más de tres décadas promovió la producción familiar y el autoconsumo de alimentos, la Federación de Cooperativas Agropecuarias (FECOAGRO) atravesó una de las etapas más difíciles desde su creación. Sin embargo, la entidad sanjuanina logró reacomodarse, encontrar nuevos canales de comercialización y continuar operando gracias a la venta de semillas de huerta orgánica a casi todo el país.

El presidente de FECOAGRO, Alberto de los Ríos, explicó que la baja del programa nacional significó un golpe directo al corazón del sistema productivo de la federación: "Cuando se dio de baja al Pro Huerta en abril de 2024, nos dejó con un stock de dos colecciones de semillas que no pudimos comercializar. Fue un golpe durísimo porque el programa era nuestro principal cliente", recordó. Vale mencionar que la Federación de Cooperativas está integrada aproximadamente 650 productores de toda la provincia.

El impacto económico fue inmediato. La institución tuvo que desafectar a diez trabajadores y vender algunos terrenos para poder hacer frente a indemnizaciones y deudas con productores. "Tuvimos que vender unas propiedades para poder pagar las indemnizaciones y ponernos al día. Fue una situación muy crítica, pero era la única salida posible para no detener por completo la actividad", relató De los Ríos.

Pese a ese panorama, la federación comenzó un proceso de reconstrucción que hoy muestra resultados alentadores. "Nos pusimos en contacto con todas las provincias, especialmente con los ministerios de Producción de los gobiernos justicialistas, y pudimos entablar acuerdos comerciales. Les vendemos semillas a Mendoza, San Luis, La Rioja, Buenos Aires, Córdoba, Misiones y Tucumán, entre otras", detalló el dirigente.

Aunque los volúmenes actuales son más modestos que los que manejaban durante los años del Pro Huerta, el dirigente destaca que la actividad volvió a tener estabilidad. "No es el mismo volumen que teníamos con el programa, pero nos alcanza para seguir operando y trabajando. Achicamos personal, reducimos gastos y con lo que comercializamos podemos cubrir los costos fijos y seguir invirtiendo un poco", expresó.

Durante los primeros meses posteriores al cierre del Pro Huerta, FECOAGRO incluso exploró la posibilidad de abrir mercados en el exterior. "Hubo contactos con Bolivia y Paraguay, pero solo quedó en una buena intención", comentó De los Ríos.

Hoy, con una estructura más pequeña pero más sólida, la federación sanjuanina mantiene viva su misión de promover la producción orgánica y sustentable de semillas. A pesar del duro golpe que significó el fin del Pro Huerta, la experiencia adquirida durante años de trabajo les permitió reconfigurar su modelo de negocio y seguir adelante.

"Fue un proceso de adaptación muy fuerte. Pero logramos mantenernos en pie, seguir vendiendo, y lo más importante, no perder nuestra identidad cooperativa", concluyó De los Ríos.

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