La historia de una mujer con kimono que no deja de buscar sus sueños

En la parada del colectivo espera Patricia. Son dos colectivos de la Red Tulum que debe tomar para llegar a destino. Uno es que es especial, hace un año que hace el mismo recorrido y lo disfruta.

A los 45 años Patricia Solazzo, con su mochila al hombro carga sus sueños postergados por varios años, los mismos que guardó pero no olvidó nunca.

Sabía que un día la vida le daría la oportunidad de cumplirlo y hoy los está cumpliendo con una sonrisa . No importa cuando corrió el reloj, ya llegó. Cruza el Conector Sur, a la altura de República del Líbano, para llegar al Dojo Samira. Allí  Patricia es feliz.

Es la primera en llegar, se cambia y con kimono puesto con su cinturón marrón 1° kiu está lista para empezar la clase de karate. La entrada en calor la hace sin prisa ni pausa. Los primeros movimientos reflejan que su movilidad parece de una mujer de 20 años. 

Patricia realiza una hora y algo mas de entrenamiento, termina cansada y ya cambiada con mochila en mano cuenta su historia.

"A los 8 años empecé karate me apasionaba, participaba en torneos y competencias provinciales como nacionales. En 1997 por haber ganado en 5 torneos nacionales quede seleccionada para participar de un seminario en Japón. Creo que para todo karateca llegar a ese país es un sueño y lo conseguí a mis 17" su voz se entrecorta, baja un poco la cabeza y cuando la vuelve a levantar su ojos brillosos muestran su emoción a flor de piel.

Patricia después de 9 años en el karate lograba su primer sueño. No lo había buscado poero se le presentó y no lo desaprovechó.

"Estar en Okinawa 20 días con gente del lugar y compartiendo enseñanzas fue maravilloso. Puedo recordar cada actividad y cada momento que viví" cuenta Patricia mientras mira su reloj sabiendo que el TNS de la Red Tulum  está por llegar.

Un año después de cumplir un sueño maravilloso algo cambió en su vida deportiva. Otros sueños, otros proyectos la hicieron recorrer otro camino.

"A los 18 años conocí a Sebastián, que es hoy mi esposo,  mi vida tomó por el rumbo familiar. Me casé, tuve tres maravillosos Andres, Gabriel  y Gabriela. Tambien tengo a Benjamín mi nieto de 3 años que es un sol. No me arrepiento de ese camino que construí porque fue parte de una historia de mi vida muy linda", otra vez los ojos se llenan de lágrimas y justo en ese momento el sensei Ariel Zarate se acerca para recordarle que el entrenamiento del jueves es a las 19.00 y agrega "Te dije que era especial y que es muy emotiva" suelta sonriente el responsable de Samira Dojo.

El TNS pasó y Patricia lo dejó que fuera, pero no hizo lo mismo que sus sueños. Lo contó también emocionada.

"Un día tomando mate con mi esposo le dije que me gustaria volver a karate y lo primero que me dijo ni lo dudes. Busque una escuela de karate y estuve muy poquito tiempo hasta que un día me encontre con el profe Ariel que era de la escuela de Shin Shu Kan, que era la misma de mi juventud y ahi empecé de nuevo, 26 años después. Fue como un renacer para mi" refleja sonriente su historia Patricia.

Hace poco mas de un año que volvió a la actividad y en este 2025 comenzaron a llegar los torneos y no se achicó. Los enfrentó y lo hizo con la misma valentía de siempre, con la que encaró cada proyecto de su vida.

Hace poco mas de tres meses ganó el primer puesto en la categoría +40, lo volvió a repetir este último fin de semana en Córdoba ratificando que está mas vigente que nunca.

"Si es cierto lo que dice Ariel, soy de emocionarme facilmente este último torneo cuando me entregaban la medalla no pude evitarlo, pasaron mil cosas por mi cabeza. Los comienzos, la familia, el viaje a Japón, el presente. Hoy a los 45 años me dedicó a disfrutar pero también a seguir peleando por mis sueños y el que viene es rendir para cinturón negro".

La charla se interrumpe, el TNS está en la parada y no se puede dejar pasar otro porque se pierde la conexión con el que la lleva a Santa Lucía, el que la lleva a casa a reencontrarse con otro sueño alcanzado: la familia.