San Juan deja de exigir la vacuna contra la fiebre aftosa en bovinos
La medida responde a una mejora sostenida en los indicadores sanitarios. Aunque deja de ser obligatoria, desde el gobierno provincial recomiendan mantener la inmunización voluntaria.
La provincia de San Juan dejará de exigir de manera obligatoria la vacunación contra la fiebre aftosa en el ganado bovino, según lo dispuesto por una nueva resolución del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa). Así lo confirmó el secretario de Agricultura, Ganadería y Agroindustria de la provincia, Miguel Moreno, en diálogo con Zonda Diario.
"Deja de ser obligatoria la vacuna contra la aftosa. Evidentemente, hay un alivio en cuanto a la presión de la enfermedad. Lo recomendable es seguir aplicándola de forma individual, pero ya no será exigida por el Senasa", explicó Moreno.
La medida marca un punto de inflexión en la política sanitaria ganadera del país, y en particular de San Juan, donde la incidencia de enfermedades contagiosas en bovinos es baja. Según el funcionario, esto obedece a mejoras sanitarias sostenidas en el tiempo y a una estrategia de control de focos más localizada y menos masiva.
La situación sanitaria de San Juan: un diferencial clave
San Juan ya cuenta con un sólido estatus sanitario en el rubro ganadero. Toda la región de Cuyose encuentra libre de enfermedad de Aujeszky, una patología viral que afecta al ganado porcino y puede tener impactos económicos considerables. Esta condición convierte a la provincia en un lugar estratégico para el desarrollo de la producción porcina con fines exportadores, tal como ocurre con la empresa Cerdo de San Juan, que produce genética porcina localmente y luego completa el proceso en Santa Fe.
En cuanto a la ganadería bovina, San Juan cuenta con un stock aproximado de 40.000 cabezas, distribuidas principalmente en los departamentos de Valle Fértil, Sarmiento, 25 de Mayo y Caucete. Sin embargo, las condiciones naturales del territorio —donde más del 85% es zona montañosa— dificultan el desarrollo extensivo de la actividad.
"La ganadería en San Juan es compleja. Hay poca superficie cultivable y limitada disponibilidad de forraje. Eso condiciona la escala y eficiencia de la producción bovina, a diferencia de lo que ocurre en regiones como la Pampa Húmeda", explicó Moreno.
Producción para consumo interno, con algo de exportación
Actualmente, la carne bovina producida en San Juan no alcanza a cubrir toda la demanda provincial, motivo por el cual ingresa carne faenada desde otras provincias. No obstante, desde zonas como Valle Fértil y Jáchal sí se registra salida de ganado en pie, lo que demuestra que existe capacidad exportadora en ciertas áreas de la provincia.
"Se está sacando vacuno en pie, especialmente desde el este y norte de la provincia, aunque en general la carne faenada que se produce acá se destina al autoabastecimiento", detalló el funcionario.
Recomendaciones y acciones del gobierno provincial
Pese al fin de la obligatoriedad de la vacuna contra la aftosa, desde el gobierno provincial recomiendan continuar con la inmunización de manera voluntaria, como parte de una estrategia de prevención y resguardo del estatus sanitario alcanzado.
Además, desde la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Agroindustria se brinda asistencia a productores, a través de campañas de vacunación, apoyo técnico y subsidios en zonas donde la actividad ganadera es más vulnerable.
"Estamos participando con vacunación, con asistencias puntuales en algunos casos, y cuidando lo que tenemos. Es clave sostener la actividad, aunque sea en pequeña escala, especialmente en las zonas más desfavorables", subrayó Moreno.
El cerdo, una alternativa estratégica
Ante las limitaciones que enfrenta la ganadería bovina en la provincia, el gobierno de San Juan apuesta cada vez más al desarrollo de la producción porcina, una actividad que requiere menos agua, tiene un recupero de inversión más rápido y se adapta mejor a entornos áridos como los de Sarmiento o las zonas alejadas de Caucete.
Un modelo de sanidad ganadera en evolución
La decisión de eliminar la obligatoriedad de la vacunación contra la aftosa es parte de una nueva etapa en el modelo sanitario nacional y provincial. Con indicadores epidemiológicos favorables y una mayor capacidad de detección y respuesta ante brotes, la estrategia apunta a sostener la sanidad sin recurrir a campañas masivas obligatorias, priorizando la vigilancia activa y la responsabilidad compartida con los productores.
En este escenario, San Juan se posiciona como una provincia con buen estatus sanitario, con potencial de crecimiento en su producción porcina, y con una política ganadera que busca adaptarse a las condiciones locales sin descuidar la seguridad alimentaria y el desarrollo productivo.