El Maestro del fútbol sanjuanino y de tonada cordobesa
Llegó a San Juan para jugar al fútbol en Atlético Alianza, jugó en San Martín y en Unión de Villa Krause. Dirigió casi en todos los clubes de la provincia. Hoy a los 65 años sigue mas vigente que nunca y su ultimo logro puso a Marquesado en el Regional Amateur.
Hace 41 años llegó a San Juan desde su Córdoba natal, salvo su paso por San Martín Mendoza como jugador y como técnico en Antoniana y Central Norte en Salta, es un sanjuanino mas, pero jamás se le escapa un "neeeeeñññoo". Su tonada cordobesa sigue intacta y hoy a sus 65 años se mantiene activo y sobre todas las cosas ganador.
De la mano de Walberto Vidal Muggione llegó a San Juan con 24 años para reforzar a Atlético Alianza. Fue el ocho de aquel mediocampo lechuzo que integraba con el Semita Moreno, el Gato Lentz y Raúl Zolorza.
Los memoriosos del Lechuzo recordaran la final ganada a Gimnasia de Mendoza en el Malvinas Argentina y clasificando al Nacional en 1985.
Sus logros como jugador son tantos que es difícil poder contarlos porque se cansó de ganar tanto en Alianza, como en San Martín donde logró el ascenso en 1991 al Nacional B y también se puso el manto sagrado del Azul de Villa Krause allá por 1993.
Ese cordobés bonachón, de transitar amplio en el campo de juego en sus tiempos de volante central hoy se para detrás de la línea de cal. Su enorme capacidad como entrenador lo han llevado por distintos clubes de la provincia dirigiendo y ganando, dos de los verbos que conjuga muy bien en su vida.
"No es para tanto, amo el fútbol tanto como a mi familia. Nací y crecí viviendo fútbol con Belgrano de Córdoba y con mi corazón con el Ciclón. Cuando llegué a San Juan me enamoré de esta provincia, de su gente y me trataron tan bien que es muy difícil irme de acá" empieza contando Hubert que interrumpe el mate con su esposa Mariela luego del entrenamiento vespertino en Marquesado.
Con la compañera de viaje más especial que la vida le pudo regalar, tuvo tres hijos Hubert Martin, Fara y Yamila. Hoy con tres nietos Hubert Matías (14), Santino (14) y Lorenzo (5) armaron una familia en la cual se respira fútbol.
"Tengo la suerte que mis tres nietos sean varones, ojalá que alguno pueda seguir el camino del fútbol, pero a los tres les inculcamos que el estudio es la prioridad. Veremos que salen si delanteros, arqueros o volantes, lo más importantes que sean felices y disfruten" remarca el cordobés que cumplió 65 el 22 de abril.
Lejos de pensar en una jubilación se mantiene activo despuntando el vicio futbolero, pero aprendiendo todos los días. Hoy al frente de Marquesado, equipo recientemente clasificado al Regional Amateur que comenzará en octubre.
El equipo del Far West venció en el Bicentenario a Desamparados 2 a 1 y consiguió su pasaje. Medio boleto es de Hubert aunque él se desliga de esa responsabilidad.
"En Marquesado me encontré con un grupo de jugadores con hambre de gloria, otros cargados de experiencia como el Fino Balmaceda y muchos chicos que buenas condiciones a los que vamos formando y llevando de a poco. El fin de semana fue especial y debemos valorar el esfuerzo de los jugadores porque no hay un plantel amplio y ninguno vive del fútbol por eso destaco a los dirigentes que pusieron de todo para que concentremos y lleguemos en un buen colectivo. Son detalles que parecen simples y son importantes en partidos donde hay tanto en juego" explica Hubert Armando Piozzi que además de entrenador cuentan que es un excelente chef.
La vida de un entrenador suele ser una profesión de sinsabores importantes porque se puede pasar de la gloria al fracaso o de la mala racha a ser campeón. En la vida de Piozzi pasó por todas, desde su etapa de jugador como también la de técnico.
Hoy radicado en el Barrio Fragata Sarmiento con su familia armaron un emprendimiento que ayudó a la familia en tiempos complicados: Comidas Los Piozzi.
"Hoy estás trabajando y cobrando, pero mañana perdés y te echan. Eso lo tengo asumido por eso con mi esposa y en tiempos complicados agudizamos el ingenio y empezamos con el negocio, le ponemos el mismo amor que el fútbol, cocinamos con pasión. La especialista es mi mujer, yo aportó con algunos platos, pero lo mío es mínimo a la par de lo que hace ella. Así pudimos bancar las carreras de mis hijas. Yamila es abogada, Fara Martillera Público y Hubert Martín es mi ayudante de campo" cuenta con orgullo el Gran Hubert Armando.
Por delante está la planificación del torneo local pero ya sin dejar de lado el Regional Amateur que lo tiene a la vuelta de la esquina.
"Vamos a reunirnos con los dirigentes la semana próxima para ir definiendo todo, pero vamos a competir con nuestras armas y con el apoyo de la gente que es fundamental".
Esta noche se juntan dos los clubes en los que jugó y su corazón estará partido. Desde aquel Belgrano que lo vio nacer futbolísticamente y que lo llevo a jugar con Julio Cesar Villagra, una gloria del Celeste y de hecho el estadio lleva su nombre hasta el San Martín que lo vio con la 5 y con la 8 como jugador y como DT también.
"Lo fui a ver a Belgrano cuando vino y perdió en Concepción y estaré frente al televisor para verlo esta noche. La sangre es futbolera y esa pasión no se termina. ¿Resultado? no, si pudieran ganar los dos estaría muy bueno jajajaja"
A lo largo de su dilatada trayectoria como jugador no tuvo lesiones de gravedad y eso tiene que ver con el cuidado y la profesionalidad con la que se manejó siempre. Por eso no aparenta los 65 y está con una vida útil de varios años más.
"Hoy me acompaña mi hijo Hubert Martín como ayudante, lo estoy llevando y espero que pronto pueda tener su posibilidad porque ha trabajado duro y es un obsesivo del trabajo, muy detallista y está en todo" explica Hubert las condiciones de su primogénito, pero parece hablar de si mismo porque Hubert es así.
Los Maestros enseñan, educan, forman, cuidan, acompañan. Hubert Armando Piozzi es claramente un maestro del fútbol con la clara tonada cordobesa, pero es más sanjuaniiiiiinnnnoo que la semita con chicharrones y el buen vino.