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"La serie de los sillazos"

Cuando la violencia del fútbol se trasladó a una cancha de tenis

Ocurrió en abril de 2000, cuando Chile recibió a Argentina por las semifinales de la Zona Americana Grupo I de la Copa Davis.

Gattiker trata de proteger a Mariano Zabaleta en el segundo partido de la serie.

Hacer un par de semanas, el lamentable y vergonzoso incidente ocurrido entre los hinchas de Independiente y Universidad de Chile por la Copa Sudamericana demostró la violencia que sobrevuela principalmente las canchas de fútbol, hechos que impiden las presencia de las dos hinchadas en un partido del fútbol argentino.

Pero esa violencia que creemos que es propiedad casi exclusiva de los estadios de fútbol, en alguna ocasión también se trasladó a una cancha tenis, un deporte en el que se presume que quienes lo juegan, y también, quienes lo ven, mantendrán "un comportamiento deportivo" alejado de las manifestaciones violentas.

Esa violencia predominó en la semifinal de la Zona Americana Grupo I de la Copa Davis entre Chile y Argentina, serie que se comenzó a jugar el 7 de abril de 2000 en el Parque O’Higgins con capacidad para 10 mil personas en la capital trasandina, estadio que eligió el equipo local en reemplazo del tradicional Estadio Nacional aprovechando el gran nivel que tenía el "Chino" Ríos en superficies rápidas.

En los días previos al duelo entre chilenos y argentinos, la prensa del vecino país comenzó a calentar el clima, señalando que el partido podría servir como "venganza" de la derrota sufrida por la Roja ante la Albiceleste por 4 a 1 en el Monumental, el 29 de marzo, por las Eliminatorias Sudamericanas de fútbol.

Los carabineros buscan proteger al equipo argentino que sale de la cancha en busca de los vestuarios.

El equipo argentino estaba integrado por Mariano Zabaleta, Hernán Gumy, Sebastián Prieto y Mariano Hood. El capitán, Franco Davin, tuvo que ausentarse de la serie por problemas familiares, y fue reemplazado por el "Colorado" Alejandro Gattiker. Mientras que Chile estaba representado por Marcelo Ríos, Nicolás Massú y Fernando González, bajo la capitanía de Patricio Cornejo.

La serie comenzó con un triunfo sin mayores inconvenientes del "Chino" Ríos, número 8 del mundo, sobre el "Titán" Gummy por 6-4, 6-3, 4-6 y 6-1. En ese partido, donde el clima caldeado ya se podía advertir, cayeron a la cancha unas naranjas y una botella plástica de gaseosa. Lo peor vendría después.

En el segundo turno, Zabaleta, en ese entonces el número 21 de mundo, que estaba pasando un gran momento, se enfrentaría a Nicolás Massú, 90 del ranking, con el objetivo de igualar la serie.

Durante el encuentro, en varias ocasiones, Cornejo y Ríos le pidieron al público chileno tranquilidad y un mejor comportamiento. El grupo de hinchas argentinos que se encontraba en las tribunas eran permanentemente agredidos verbalmente por los hinchas locales.

Los hinchas argentinos tratando de protegerse ante la agresión del público chileno.

Cuando el partido estaba 7-5, 2-6, 7-6 (7-1) y 3-1 a favor de Zabaleta, el umpire anunció un punto de penalización, lo que originó el enojo de Massú y la protesta de Cornejo. Mientras esto ocurría, el público comenzó a tirar monedas, naranjas y otros proyectiles al lugar en el que se encontraba Zabaleta.

El argentino trató de agarrar una piedra que le habían arrojado para mostrársela al umpire, pero uno de los chicos que alcanzan las pelotas la tomó primero y la escondió. Zabaleta recriminó al joven lo que había hecho y eso desencadenó la violencia.

Las sillas de plástico que había colocado en el estadio, que todavía no estaba terminado, comenzaron a caer a la cancha, mientras los hinchas argentinos eran agredidos en las tribunas. A uno de ellos, el padre de Zabaleta, lo golpearon con una silla, lo que le produjo un importante corte en la cabeza (el médico del equipo argentino le dio 17 puntos de sutura).

Gattiker trató de proteger a Zabaleta, mientras los carabineros ingresaron a la pista para poder sacar a los jugadores hacia los vestuarios. Mientras esto ocurría las sillas no dejaban de caer. Varias horas después los argentinos pudieron abandonar el estadio en medio de una fuerte custodia policial.

En el hotel, los jugadores argentinos, consternados por lo sucedido, decidieron no seguir jugando la serie de común acuerdo, pese al ofrecimiento que realizó Chile de continuar el enfrentamiento a puertas cerradas. Desde la Federación Internacional de Tenis (ITF) llegó la orden de continuar el partido sin público.

El día sábado, los argentinos no se presentaron, y ante un estadio vacio, el árbitro general señaló que "Chile ha ganado la serie por no presentación, pero hay que esperar, porque la Argentina presentó un certificado médico en el cual expone que por razones anímicas, físicas y psicológicas no está en condiciones de continuar jugando. El resultado es 5 a 0, sujeto a una ratificación de la Federación Internacional de Tenis". 

Finalmente la ITF, le dio ganada la serie a Chile, al que castigó con una multa,  le suspendió la localía por dos años y no le permitió jugar el repechaje contra Marruecos por el ascenso al Grupo Mundial. Mientras que al equipo argentino, además de perder el partido, le impuso una multa económica por no respetar la decisión del árbitro general y no presentarse a jugar. 

El equipo argentino decidió no seguir jugando la serie.

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