Este es el milagroso Racing Club
La Academia venció en un partido histórico 3 a 1 a Peñarol de Uruguay y se clasificó a los cuartos de final. Maravilla Martinez en dos ocasiones y Franco Pardo en el quinto minuto de descuento anotó el gol que le dio el pasaje a Racing a la proxima fase donde se enfrentará con Vélez.
Una vida cargada de sufrimientos, de amarguras y de tristezas desencadenadas son parte de Racing Club. Pero esta versión de la Academia con Gustavo Costas tiene una mística inigualable.
Esa pasión que tiene el entrenador por los colores de celeste y blanco se lo transmite a los jugadores y desde la tribuna se complementa. Por eso este Racing es cosa seria. Es desamor, pero es furia desencadenada al momento de buscar el triunfo.
Ante Peñarol de Uruguay debía remontar el 1 a 0. Lo hizo rápido porque tiene a Maravilla Martínez que antes de los 10 minutos ya lo ganaba.
Sin embargo, este Racing entrega sufrimientos y errores que hacen que el corazón del hincha necesite un cardiólogo urgente porque no pasaron 10 minutos y Nahuel Herrera de cabeza lo empataba.
Después de eso todo fue un ir para adelante, sin claridad, pero con amor, con el ímpetu, con la pasión y no pudo conseguir en el primer tiempo porque a Marcos Rojo que hizo un golazo de cabeza festejó pero no le valió de nada porque el VAR se lo anuló bien por una falta.
Y Racing esto, ante más golpes que recibe mas fuerte se hace. Quizás le falta fútbol pero le sobra eso que es necesario en momentos claves.
Lo arrinconó a Peñarol hasta que encontró el penal que ejecutó muy bien Maravilla Martinez para poner el 2 a 1 y derivar todo a los penales.
En tiempo de descuento y antes de la última pelota del partido los técnicos hicieron los cambios pensando en los penales y por eso Costas cambió a su arquero Arias para que ingrese Cambeses.
Y en ese tiro libre desde la derecha vino el milagro, al segundo palo apareció Franco Pardo solo para marcar de cabeza y evitar los penales porque los hinchas ya habían sufrido demasiado y no lo merecían.
Racing sigue en carrera, con el amor propio de sus jugadores, con la pasión de los hinchas y con la bandera blanquiceleste brillando en lo mas alto porque señores esto es la Gloriosa Academia Racing Club, la de los milagros futboleros.