Una hija sin medicación y un padre desesperado: "No da más del dolor y nadie responde"
Ariel Herrera denuncia que su hija, con una grave enfermedad, quedó sin medicación. "Hace semanas que no da más de dolor y nadie da una respuesta", advirtió con angustia.

Ariel Herrera es padre de Débora, una joven de 33 años que padece hipertensión pulmonar y una cardiopatía congénita. Su vida depende de una medicación costosa, que recibe a través de Incluir Salud, vinculado a su pensión por discapacidad. Sin embargo, desde hace semanas no consigue la medicación, y su salud se deteriora cada día.
"Presenté el expediente el 5 de mayo, y hasta hoy no tienen proveedores. Mi hija ya no tiene medicación, y no puede respirar bien, tiene dolores fuertes en la espalda por la falta de oxígeno", relató Ariel en diálogo con Zonda Diario.
La entrega del tratamiento, según cuenta, se realiza cada tres meses debido al alto costo. Pero en esta oportunidad, hubo confusión incluso sobre cuándo iniciar el trámite de renovación: "Primero me dijeron que presentara el expediente cuando arrancara la última caja, ahora me dicen que debía hacerlo en la segunda. Yo cumplí con los tiempos, pero no hay respuesta".

A pesar de la gravedad del caso, el único contacto que tuvo fue para entregarle una receta, con la promesa de que lo llamarían cuando hubiera stock. "Eso es todo lo que han hecho. Me dieron una receta y me dijeron que si llega la medicación, me avisan por teléfono para que la retire en el Hospital Rawson", explicó con impotencia.
La familia ya vivió situaciones similares. En otra ocasión, Ariel intentó conseguir el medicamento por ayuda provincial, pero no tuvo respuestas. "Nadie se quiere hacer cargo, y mi hija queda en el medio", lamentó.
Débora es madre de tres hijos. Ariel, changarín y cuidador de su madre de 85 años, no puede afrontar el costo del tratamiento por cuenta propia. "Una caja vale entre 600 mil y 800 mil pesos, y necesito tres. ¿Qué hago si a mi hija le pasa algo?", se pregunta, quebrado por la angustia.

Además, denunció el destrato recibido cuando su esposa —también con discapacidad visual— se comunicó con el organismo: "Le dijeron que haga lo que quiera, que vaya a los medios si quiere. Eso no es manera de responder".
El reclamo es claro: "Yo solo pido que nos den la medicación a tiempo, que se respete el cronograma, que no tengamos que llegar a estas instancias cada vez. Mi hija sufre y yo no sé qué más hacer".