"Se conmemoran 205 del Paso a la Inmortalidad del General don Manuel Belgrano y día de la bandera Nacional Argentina".
"Belgrano creó la bandera argentina en 1812. El 20 de junio, aniversario de su fallecimiento, se conmemora a la vez, el Día de la Bandera".
Manuel José Joaquín del Corazón de Jesús Belgrano nació en Buenos Aires el 3 de junio de 1770. Estudió en el Colegio de San Carlos y luego en España, en las Universidades de Valladolid y Salamanca, graduándose en leyes. Llegó a Europa en el contexto de la Revolución Francesa y vivió intensamente el clima de la época y las ideas que allí se gestaron.
Entre 1794 y 1806 fue Secretario del Consulado de Buenos Aires, vinculándose desde esa función con los sectores más acomodados de la sociedad colonial, a quienes aprendió a distinguir por el egoísmo de sus intereses. Teniendo entre sus principales preocupaciones la necesidad de extender la educación, fundó escuelas que luego fueron cerradas por la corona española al considerarlas un lujo excesivo para estas tierras. En sus escritos de esta época, se destacan sus puntos de vista acerca de las condiciones que perpetuaban la miseria de los labradores y su propuesta de expropiación de las tierras baldías para entregarlas a los desposeídos, una auténtica reforma agraria.
Durante las invasiones inglesas de Buenos Aires, Belgrano se sumó a la resistencia y fue elegido como Sargento Mayor del Regimiento de Patricios, aunque, como reconocerá más tarde en sus memorias, no contaba entonces con conocimientos militares y se involucró en esta carrera presionado por las circunstancias y abrazando progresivamente las convicciones independentistas. Por pedido de "sus paisanos" –como él llamaba a sus compañeros de la milicia- aceptó formar parte de la Primera Junta de Gobierno, creada por el Cabildo de Buenos Aires en mayo de 1810, a partir de la invasión napoleónica al reino de España y el secuestro del rey Fernando VII de Borbón. Las ideas republicanas también maduraron paulatinamente en los criollos de la Junta, que inicialmente juraron lealtad al trono español.
Designado al mando del Ejército del Norte, con la misión de ganar para el nuevo orden la rica región del Alto Perú, sufrió diversas marchas y contramarchas entre 1810 y 1815, destacándose en las batallas de Tucumán y Salta. En el Alto Perú el apoyo de los sectores dominantes fue escaso desde el comienzo, dado que las expediciones enviadas desde Buenos Aires se convirtieron en un ataque deliberado a las jerarquías sociales preexistentes: la proclama leída en Tiahuanaco por Juan José Castelli como delegado de la Primera Junta, el 25 de mayo de 1811, al reconocer los derechos sociales y políticos de los pueblos indígenas, despertó la alarma entre las clases altas altoperuanas, aun respondiendo a la necesidad de reclutar apoyos para la guerra.
Durante la campaña al Paraguay, en diciembre de 1810, Belgrano dictó el "Reglamento para los pueblos de las Misiones", uno de los documentos jurídicos más modernos y revolucionarios de nuestra historia, en el que por primera vez se enuncian claramente los derechos de los pueblos originarios. El Reglamento fue incorporado por Juan Bautista Alberdi en 1853 como una de las bases de la Constitución Nacional.
En el marco de esta campaña e inspirado en los colores de la monarquía borbónica Belgrano propuso al Triunvirato la creación de la insignia celeste y blanca para el ejército patriota. La escarapela nacional de las Provincias Unidas del Río de la Plata se aprobó el 18 de febrero de 1812. El juramento a la bandera celeste y blanca por parte del Ejército del Norte se recuerda como uno de los hitos fundacionales, aunque en ese momento se trató de un acto de desobediencia respecto a las autoridades de Buenos Aires.
Cuando avanzaba sobre Jujuy el Ejército Realista proveniente del Virreinato del Perú, Manuel Belgrano dirigió también uno de los hechos más extraordinarios de la lucha por la independencia: el éxodo jujeño. Las clases populares conformaron las huestes revolucionarias con el enrolamiento de hombres jóvenes de la ciudad de entre 16 y 35 años y el alistamiento de campesinos, indígenas, mestizos y criollos, la mayoría labradores, jornaleros o peones de la campaña jujeña, que abandonaron sus hogares para enlistarse en el ejército. El pueblo entero de Jujuy abandonó sus tierras y emprendió la marcha a Tucumán, para que los realistas encuentren un territorio sin provisiones. Dentro de esta verdadera gesta popular merece destacarse el papel de la llamada Maestranza, una suerte de fábrica ambulante de bienes destinados al equipamiento de las tropas, dirigida por artesanos, maestros armeros, herreros, plateros, talabarteros y hasta carpinteros que fabricaron y repararon cuchillos, lanzas, sables, bayonetas, picos, palas y cañones, mientras sastres y costureras confeccionaban uniformes para las tropas. Por su parte, los comerciantes y terratenientes de estas zonas, buscaron refugio en las provincias del sur.
El reconocimiento de Manuel Belgrano hacia los pueblos originarios también se expresó en las sesiones secretas en el Congreso de Tucumán en 1816, donde propuso a Juan Bautista Tupamaro, descendiente de la dinastía incaica, como fórmula para una monarquía constitucional que unifique a las Provincias Unidas de Sudamérica bajo el gobierno de los antiguos habitantes de estas tierras. El fracaso de este proyecto quizás se debió menos a las convicciones republicanas de los criollos, que a su desprecio por los "naturales".
Belgrano fue, además, diplomático y periodista. Escribió un reglamento de escuelas en el que afirmaba la necesidad de fomentar la educación de las mujeres, enseñar el amor a lo americano y defender el bien público antes que el privado.
El 20 de junio de 1820, día de su fallecimiento, hubo en Buenos Aires tres gobernadores distintos, una clara postal de los conflictos que siguieron a la independencia de las Provincias Unidas.
Anécdotas de la vida del General Belgrano.
-- La creación de la bandera: hay que aclarar que el general Belgrano no se inspiró en los colores del cielo para crear la bandera como lo enseñaban los manuales de historia argentina. Conviene citar sus propias palabras: "Siendo preciso enarbolar bandera y no teniéndola, la mandé hacer blanca y celeste conforme los colores de la escarapela nacional". Y esta fue tomada de la cucarda del cuerpo de Patricios, que fue inspirada por la enseña de los borbones, tomada a su vez por los colores del manto y el vestido de la Virgen.
-- Su fisonomía y carácter: según José Celedonio Balbín: "Belgrano era de regular estatura, pelo rubio, cara y nariz fina, color muy blanco, algo rosado, sin barba; tenía una fístula bajo un ojo que no lo desfiguraba porque era casi imperceptible; su cara era más bien de alemán que de porteño. No se le podía acompañar por la calle porque su andar era casi corriendo, no dormía más de tres o cuatro horas; montando a caballo a medianoche, que salía de ronda a observar el ejército".
- - Proverbial honradez: "El general era muy honrado, desinteresado, recto, perseguía el juego y el robo en su ejército, no permitía que se le robase un solo peso al Estado, ni que se vendiese más caro que a los otros. Como yo le había hecho a él algunos servicios, y muy continuos al ejército, sin interés alguno, cuando necesitaba paños, lencería o alguna otra cosa para el ejército me llamaba y me decía: ‘Amigo Balbín, necesito tal cantidad de efectos, tráigame las muestras y el último precio, en la inteligencia de que a igual precio e igual calidad usted es el preferido de todos, pero a igual calidad y un centavo menos cualquier otro’".
- - Reacio a los premios: cuando la Asamblea Constituyente votó a su favor un premio de 40.000 pesos en fincas del Estado, enterado de esa decisión Belgrano le responde: "He creído propio de mi honor y de los deseos que me inflaman por la prosperidad de mi patria destinar los expresados 40.000 pesos para la dotación de 4 escuelas públicas de primeras letras en que se enseñe a leer y escribir la aritmética, la doctrina cristiana, los primeros rudimentos de los derechos del hombre en sociedad".
- - Abatido por los padecimientos de la patria: "No puedo decir bastante mi sorpresa cuando conocí a los hombres nombrados por el rey para la Junta, quienes lejos de cumplir con la misión encomendada de propender a la felicidad de las provincias del virreinato de Buenos Aires eran todos comerciantes españoles, exceptuando uno que otro, nada sabían más que su comercio monopolista a saber comprar por cuatro para vender por ocho". Igual que ahora.
- - Murió en la pobreza y el olvido: "Su tumba tendría una sencilla lápida hecha con el mármol de una cómoda de su hermano. Sin dinero, le pidió a su médico, el Dr. Redhead, que aceptara su reloj de bolsillo, pues no tenía nada con qué pagarle. Solo un periódico daría la noticia del fallecimiento, el ‘Despertador Teo Filantrópico’ del padre Francisco de Paula Castañeda".
- - Sus últimas palabras: sobre el final se le escuchó decir: "Pensaba en la eternidad donde voy y en la tierra querida que dejo. Espero que los buenos ciudadanos trabajen para remediar sus desgracias". Sus últimas palabras fueron: "Ay, patria mía".
- - Un intento de robar parte de sus huesos: "Como al pasar -escribe el doctor Omar López Mato-, el doctor Estanislao Zeballos, canciller en ese entonces, tomó algunos de los huesos de la mano y se los extendió al general Ricchieri. Se miraron y como distraídos se los llevaron al bolsillo de sus sobretodos".
- - Para imitar: "Trabajemos con empeño y tesón que, si las generaciones presentes no son ingratas, las futuras venerarán nuestra memoria que es la recompensa que deben esperar los patriotas" (Gral. Manuel Belgrano).