Argentina votó en contra de una resolución de la ONU que exige a Israel el fin del bloqueo a gaza y condena el uso del hambre como arma de guerra
La Asamblea General de Naciones Unidas aprobó este jueves una resolución presentada por España y Palestina que insta a Israel a poner fin al bloqueo de la Franja de Gaza, condena el uso del hambre como arma de guerra y exige la liberación de rehenes de Hamas.
En una sesión clave de la Asamblea General de Naciones Unidas, se aprobó este jueves una resolución conjunta presentada por España y Palestina que aborda la crítica situación en la Franja de Gaza. La declaración, titulada "Protección de los civiles y cumplimiento de las obligaciones jurídicas y humanitarias", fue respaldada por una abrumadora mayoría de 149 votos a favor, frente a 12 en contra y 19 abstenciones.
Uno de los votos en contra que más resonó fue el de Argentina, en un momento en que el presidente Javier Milei se encuentra en una visita oficial a Israel. Otros países que se opusieron a la resolución incluyen a Estados Unidos, Israel, Fiyi, Hungría, Micronesia, Nauru, Palaos, Nueva Guinea, Paraguay, Tonga y Tuvalu.
Entre las naciones que se abstuvieron figuran Albania, Camerún, República Checa, República Democrática del Congo, Dominica, Ecuador, Etiopía, Georgia, India, Kiribati, Malaui, Islas Marshall, Macedonia del Norte, Panamá, Rumanía, Eslovaquia, Sudán del Sur, Timor Oriental y Tonga.
Puntos clave de la resolución y las demandas a Israel
La resolución condena enérgicamente las prácticas que utilizan el hambre como método de guerra y subraya la obligación de no privar a la población civil de Gaza de los bienes esenciales para su supervivencia. Además, insta a Israel, en su calidad de "potencia ocupante", a poner fin de inmediato al bloqueo impuesto sobre la Franja de Gaza, abrir todos los pasos fronterizos y garantizar que la ayuda humanitaria llegue de manera rápida y efectiva a toda la población palestina, en conformidad con el Derecho Internacional.
Un aspecto central de la declaración es la exigencia de rendición de cuentas, solicitando a los Estados miembros de la ONU que adopten medidas individuales y colectivas para asegurar que Israel cumpla con sus obligaciones internacionales. También se enfatiza el respeto y la protección del personal médico y humanitario, así como la importancia de evitar daños a bienes de carácter civil.
La resolución reafirma el compromiso con una solución de dos Estados, reconociendo a Gaza como parte integral del Estado palestino. Esta postura busca sentar las bases para que Israel y Palestina convivan en paz dentro de fronteras seguras y reconocidas internacionalmente. La votación de la Asamblea General se percibe como un termómetro de la opinión mundial, especialmente después de que el Consejo de Seguridad de la ONU no lograra aprobar una medida similar la semana pasada debido al veto de Estados Unidos.
Debate y posturas encontradas
Previo a la votación, el embajador de España en la ONU, Héctor José Gómez Hernández, solicitó a los miembros que apoyaran la resolución ante la "devastadora situación humanitaria en Gaza". Por su parte, el embajador palestino ante la ONU, Riyad Mansour, también instó a la comunidad internacional a actuar para detener el sufrimiento del pueblo palestino.
En contraste, el embajador de Israel ante la ONU, Danny Danon, rechazó la resolución y calificó las acusaciones de bloqueo y uso del hambre como "calumnias sangrientas". Danon sostuvo que Israel ha estado permitiendo la entrega de ayuda a Gaza. Sin embargo, expertos y trabajadores de derechos humanos advierten sobre la inminente amenaza de hambruna para cerca de 2 millones de palestinos si las restricciones no se levantan.
Aunque la votación de la Asamblea General no es legalmente vinculante, su resultado representa una declaración de gran peso por parte de la mayoría de la comunidad internacional. Mientras el conflicto en Gaza persiste, diversos gobiernos observan con atención las gestiones de mediación que incluyen a países como Egipto, Qatar y Estados Unidos, destacando la necesidad de alcanzar un acuerdo de alto el fuego sostenible.