La psiquiatra de Maradona declara y rompe en llanto
La acusada está imputada por el delito de "homicidio simple con dolo eventual". Es la primera vez que decide hablar.
En una audiencia inesperada, Agustina Cosachov pidió declarar este jueves ante el Tribunal Oral en lo Criminal N° 3 de San Isidro en el juicio que investiga la muerte de Diego Maradona. La solicitud fue presentada por su abogado, Vadim Mischanchuk, minutos después de las 16 horas, y generó expectativa por tratarse de una de las principales imputadas en la causa.
Durante su exposición, Cosachov dio su versión sobre cómo fue el abordaje médico del exfutbolista en los días previos a su fallecimiento. Relató que el tratamiento estuvo enfocado en atender su cuadro depresivo y su lucha contra el alcohol, y que las decisiones en torno a su cuidado se consensuaron en reuniones informales entre médicos, familiares y directivos de Swiss Medical.
Visiblemente afectada, la psiquiatra lloró en dos oportunidades mientras sostenía que siempre actuó pensando en el bienestar del paciente. "Todos veníamos en la línea de la internación domiciliaria", expresó al referirse al plan acordado por el equipo médico y la familia. También sostuvo que una posible internación involuntaria fue descartada por falta de fundamentos clínicos y por la oposición de Maradona y su entorno.
Cosachov explicó que el seguimiento se volvió complejo por la falta de comunicación entre los profesionales a cargo. "Con el neurólogo logré hablar, pero con el clínico, no. La comunicación estaba muy trabada", afirmó, señalando que esa descoordinación afectó el trabajo interdisciplinario.
El testimonio llega luego de que su nombre apareciera reiteradamente en audiencias anteriores, especialmente durante la declaración de Fernando Villarejo, jefe de cuidados intensivos de la Clínica Olivos. El médico aseguró que, tras la operación por el hematoma subdural, tanto Cosachov como el neurocirujano Leopoldo Luque solicitaron sedar a Maradona debido a su estado emocional y a su comportamiento errático.
"La clínica no era el lugar para mantenerlo sedado por tiempo indeterminado", explicó Villarejo, aunque reconoció que se tomó la decisión de sedarlo durante 24 horas y colocarle un catéter venoso, a pesar de su resistencia.