Robert Sarah, el cardenal ultraconservador que puede convertirse en el primer papa africano
Tiene 79 años y es cercano a la línea de Benedicto XVI. Por qué la iglesia africana es la que más crece.
Mientras el mundo católico comienza a mirar hacia el futuro de la Iglesia, el nombre del cardenal Robert Sarah suena con fuerza en los pasillos del Vaticano. Con 79 años —cumplirá 80 el próximo 15 de junio—, el religioso guineano encarna la figura más prominente entre los cardenales africanos que participarán en el próximo cónclave para elegir al sucesor de Jorge Bergoglio.
Sarah, reconocido por su postura abiertamente tradicionalista, representa un modelo eclesial más cercano al legado de Benedicto XVI que al enfoque progresista impulsado por el papa Francisco. Desde hace tiempo, alerta sobre un fenómeno que, según su visión, amenaza a Europa: una transformación cultural impulsada por la llegada de nuevos pueblos y culturas que, afirma, terminarán por modificar los valores y las convicciones del continente.
"La Iglesia está lista para un papa africano. Es la Iglesia que más crece y mantiene una postura opuesta a la de Francisco", aseguró el historiador Patricio Lons en diálogo con TN. La posibilidad de que Sarah alcance el pontificado cobra fuerza no solo por su perfil conservador, sino también por el respaldo de otros purpurados de ideas afines.
Entre quienes podrían apoyarlo se encuentran figuras como el húngaro Peter Erdo, el holandés Willem Jacobus Eijk, el srilankés Malcolm Ranjith y el estadounidense Raymond Burke, este último más activo como operador político que como posible candidato. Incluso dentro de África, otros cardenales como el congoleño Fridolin Ambongo, cercano a Francisco en su momento, también son mencionados, aunque el nombre de Sarah sobresale.
En diversas entrevistas, Sarah ha expresado su preocupación por el rumbo que toma Occidente: "Europa ha perdido el sentido de sus orígenes. Un árbol sin raíces está condenado a morir", sostuvo en una de sus declaraciones más resonantes, advirtiendo sobre una "invasión silenciosa" que, a su entender, está cambiando radicalmente el rostro del continente.
A pesar de su imagen de "opositor" construida en parte por la prensa italiana, Sarah ha insistido en presentarse públicamente como un fiel servidor de Francisco. No obstante, episodios como un video de 2023 —donde se ve a Bergoglio rechazar el intento del cardenal de besarle el anillo— alimentaron las especulaciones sobre tensiones entre ambos.