Pandemia: ¿Tragedia o aprendizaje? Las caras del COVID-19 en San Juan
A cinco años del inicio del aislamiento social, preventivo y obligatorio, la provincia rememora uno de los momentos más difíciles de su historia reciente. En este período, las autoridades sanitarias, los profesionales de la salud y la sociedad en general enfrentaron retos enormes, desde el colapso del sistema sanitario hasta la transformación de la vida social y económica.

A cinco años de aquel 19 de marzo de 2020, la provincia de San Juan rememora uno de los capítulos más críticos de su historia reciente: el inicio del Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio (ASPO) decretado aquella medianoche por el presidente Alberto Fernández. Eran tiempos de incertidumbre en todo el país, con 97 contagios registrados en 11 jurisdicciones y tres víctimas fatales a nivel nacional, según el Ministerio de Salud. Entre las regiones afectadas, San Juan se preparaba para afrontar la llegada del coronavirus, que implicaría una profunda transformación de su dinámica social, económica y sanitaria.
La serie de partes de salud emitidas por el Gobierno de San Juan alcanzó el número 776, con el último reporte oficial el 15 de noviembre de 2022. A lo largo de este período, la provincia experimentó distintos picos de contagios, siendo el más alto entre finales de enero y principios de febrero de 2022, cuando la variante Ómicron azotó con mayor fuerza. En aquel momento, se registraron los números de infecciones diarias más elevados desde el comienzo de la crisis. Según los informes oficiales hasta el 15 de noviembre de 2022, se contabilizaron alrededor de 1.200 muertes relacionadas con la COVID-19 en el territorio sanjuanino, un desafío enorme para el sistema de salud local, que debió adaptarse a la saturación hospitalaria y al temor generalizado de la población.
La noche del anuncio presidencial, el 19 de marzo de 2020, muchos sanjuaninos se enteraron de las restricciones de circulación y del cierre de actividades comerciales con el objetivo de frenar la curva de contagios. "Nadie podrá moverse de su residencia", enfatizaba el mandatario, sellando así el inicio de una cuarentena que cambiaría la rutina de todo el país y que, para San Juan, marcó el principio de una etapa llena de retos.

Un duro impacto en el comercio
Además de las consecuencias sanitarias, el sector comercial fue uno de los más golpeados en la provincia. Según un relevamiento realizado en diferentes departamentos con centros comerciales, para el 28 de diciembre de 2020 se registraron cuatro locales cerrados por cuadra en San Juan. En total, se evaluaron 640 cuadras y se constató que 164 locales fueron desocupados.
Esta situación no fue exclusiva de la provincia: de acuerdo con un informe de la Confederación de la Mediana Empresa Argentina (CAME), poco más de 90.000 comercios minoristas cerraron en todo el país desde el inicio de la crisis sanitaria. "La presión fiscal y la situación económica ponen en un hilo muy delgado a quienes estaban en la formalidad, que ahora se pasan a la informalidad y venden desde sus casas", explicó Hermes Rodríguez, presidente de la Cámara de Comercio de San Juan.
Entre los rubros más afectados por la crisis se destacan la indumentaria, el calzado, la decoración y los textiles para el hogar. A nivel nacional, las provincias que sufrieron la mayor tasa de clausuras fueron Chubut (34%), Córdoba (25,4%), Neuquén (25,2%), Tierra del Fuego (21,2%) y Santa Cruz (18,8%).

La llegada de las primeras vacunas
En medio de un panorama complejo, el 28 de diciembre de 2020 arribaron a la provincia de San Juan las primeras dosis de la vacuna contra la COVID-19, enviadas por el Gobierno nacional a través de una empresa privada. El operativo se llevó a cabo una hora y media antes de lo previsto, y las dosis aterrizaron en el Vacunatorio Central. Desde el día siguiente, martes 29 de diciembre, comenzó el plan de aplicación al personal de salud.
La licenciada Marita Sosa, la doctora Mónica Jofré, Juan Dolab, Marcela Oro y Sandra Navas fueron quienes recibieron las dosis. En particular, la doctora Mónica Jofré se destacó por su papel de comunicadora durante toda la pandemia, estando al frente de cada parte médico emitido y brindando tranquilidad e información a la población sanjuanina.
Gustavo Alcalá

El doctor sanjuanino Gustavo Alcalá reflexionó sobre los desafíos que enfrentó durante aquel tiempo de incertidumbre y sobre cómo el sistema de salud y la sociedad están hoy en día para afrontar crisis similares.
"El desafío era el ritmo: cuándo cuidarse, cuándo esperar y si las medidas que teníamos que tomar eran copiar y pegar lo que se hacía en otros lugares o diseñar un plan específico para San Juan."
Si bien el COVID-19 afectaba principalmente el sistema respiratorio, Alcalá señaló el impacto que tuvo en pacientes con enfermedades cardíacas y otras comorbilidades. "Si bien el COVID atacaba más el sistema respiratorio, lo más grave fue el paciente que estaba delicado por insuficiencia cardíaca, por insuficiencia renal. Murieron muchísimos porque eran frágiles."
El médico sanjuanino también recordó las condiciones en las que el personal de salud tuvo que trabajar durante la crisis sanitaria. "Trabajar sin vacuna, el temor de contagiar a los familiares, pero sobre todo la necesidad de trabajar siete días por semana, 24 horas. Me parece que todavía el sistema de salud no se ha recuperado de esa época."
Asimismo, mencionó los episodios de violencia y desconfianza que sufrieron los profesionales de la salud. "De las pedradas en la casa de una médica, de la comisaría como respuesta a un profesional de la salud, creo que parte de la confianza se ha perdido. Nos aplaudían a las 21 y nos insultaban a las 23:30. Es una clásica también de los latinos."
"No pasó eso en otros países. Si bien esa tensión se vivió en todas partes, el argentino busca siempre culpables, nunca tiene responsabilidad absolutamente de nada y es exitista. Cuando el equipo gana, festeja, pero ya cuando empata, insulta al técnico."
En cuanto a la preparación para futuras pandemias, Alcalá considera que hay avances, pero persisten falencias en la comprensión de los mecanismos de propagación de los virus. "Estamos mucho más preparados, pero no entendemos la lógica de los virus. Esto sirvió para desnudar la ciencia de la pseudociencia. Hay muchos que opinan sin saber"
Sobre quienes cuestionaron la vacunación, fue tajante: "Al final, lo que vimos desde el sector salud es que todos estaban rogando que venga la vacuna. Pero si ellos tenían toda esa metodología esotérica, ¿por qué no la pusieron en funcionamiento? Al virus lo frenó la vacuna."
"Después que apareció la vacuna, no había nadie con respirador, así que es indiscutible."
Finalmente, sobre la conciencia de la vacunación tras la pandemia, Alcalá fue contundente: "Aprendimos bastante, pero ya nos olvidamos."
Gonzalo Tellechea

Gonzalo Tellechea, triatlonista sanjuanino y entrenador, comentó como la pandemia impactó en su carrera deportiva y en la manera en que las personas se relacionan con el deporte.
"La pandemia afectó muchísimo en mi carrera. Estaba en un punto de inflexión, decidiendo entre lo familiar, lo deportivo y lo profesional. La pandemia marcó el momento de tomar esa decisión. Si bien yo estaba al final de mi carrera profesional, muchos quedaron en el medio o al inicio, y eso fue aún más duro."
No volvió al deporte de manera profesional, sino que su rol cambió por completo. "No volví de manera profesional. Competí como amateur, recreativo y acompañante. Pasé de ser protagonista en la élite a acompañar a futuros atletas y al sector amateur, que creció mucho."
"Durante la pandemia, entrenar en casa se volvió clave. Tenía un grupo de 20 o 30 alumnos y pasé a tener 120 o 140. Empezaron a pedirme planificaciones desde otras provincias. Valoramos la libertad de entrenar al aire libre, algo que antes dábamos por hecho."
El triatlonista también hizo hincapié en las diferencias que hubo entre países en cuanto a las restricciones. "Las reglas de juego no fueron justas para todos. Mientras en Argentina estábamos encerrados sin poder salir ni a la vereda, en países nórdicos llevaban una vida normal. Además, hay países con una economía más fuerte que podían sostenerse, mientras que aquí se cortó todo."
Tellechea también destacó los efectos de la pandemia en la salud mental y física de diferentes grupos etarios. "Afectó de distintas maneras a cada franja etaria:
"A los niños les hizo muchísimo daño, afectando su motricidad. Vi chicos que no sabían saltar ni correr. A los adultos mayores los deterioró mucho, se llevó muchas vidas. La franja adulta fue la que más pudo aprovechar el deporte al aire libre. En San Juan, apenas permitieron actividades, crecieron el trail y el mountain bike, porque los deportes de club se trasladaron a la montaña."
Más allá de las dificultades, el sanjuanino también rescató algunas lecciones personales. "Aprendí a ver oportunidades dentro de la crisis, a aplicar la resiliencia. En lo personal, reforcé la cercanía familiar y los vínculos. En lo deportivo, la gente comenzó a valorar la salud y la libertad. Antes, en una reunión, pocos hacían actividad física; hoy, la mayoría se cuida. Lo malo prefiero dejarlo atrás y seguir adelante con lo positivo."
Valeria Alvo

Valeria Alvo, psicóloga, reflexionó sobre cómo cambió el enfoque de la salud mental a partir de la pandemia y los desafíos que enfrentaron los profesionales en ese contexto para brindar el mayor apoyo posible.
"La salud mental desde la pandemia y post-pandemia se ha visto realmente visibilizada. Creo que antes no había conciencia de los trastornos mentales y de todo lo que ocurrió en la pandemia. Nosotros hemos visto también en consultorios como en salud pública realmente un desborde en cuanto a trastornos de ansiedad, depresión, sumado a personas que ya venían con trastornos, estos se agudizaron."
Desde el Colegio de Psicólogos, se tomaron medidas para abordar la creciente demanda de apoyo. "En pleno confinamiento, se implementó un dispositivo que se llamaba "Yo te cuido", donde se habilitó una línea telefónica que recibía llamadas de gente solicitando escucha. Esta línea también se vio colapsada, tanto a nivel provincial como a nivel nacional."
En cuanto a las consultas más frecuentes, Alvo explicó que "los trastornos de ansiedad fueron, y es hasta hoy, la consulta principal a los psicólogos, las crisis de pánico y los trastornos depresivos, sin duda. Creo que la pandemia vino a plantearnos este significado de la vida, ¿no? ¿Qué hago yo acá? ¿Cuáles son mis metas? Creo que eso dejó la cicatriz de la pandemia, nos hizo cuestionarnos muchas cosas."
La psicóloga identificó los principales factores que afectaron a diferentes grupos de la población. "En realidad creo que hay dos grupos para diferenciar. Los adultos mayores, que creo que lo principal fue la soledad, este sentimiento que se agudizó por esto de no poder recibir visitas de sus familiares, de sus nietos. Y los adolescentes, este sentido de pertenencia e identidad que buscan se vio completamente vulnerado. Realmente fue encerrarse en la habitación, estar con los dispositivos electrónicos, la adicción al celular."
La necesidad de adaptación llevó a los profesionales a implementar nuevas estrategias para seguir brindando apoyo. "Esto del dispositivo electrónico fue lo principal. Una notebook, llamadas telefónicas para quienes no tenían acceso a internet. Con lo escolar pasó lo mismo: los que tenían conexión pudieron continuar, los que no quedaron completamente relegados. En mi caso, intenté sostener la terapia de cualquier forma posible. Pero creo que lo más importante fue la escucha, la gente necesitaba ser escuchada."
Finalmente, en lo personal, Alvo destacó la importancia del autocuidado. "Creo que lo que a mí me quedó es el autocuidado. A pesar de que hoy vamos a un bar y el alcohol en gel ya quedó instalado como un florero en la mesa, también quedó esto de hacer actividad física, de dedicarme más tiempo para mí. Me di cuenta de que no todo es ir de la casa al trabajo y del trabajo a la casa. Poder disfrutar una hora con los nuestros, con los hijos, con los amigos. Creo que eso es lo que me quedó: el tiempo. Porque a veces creemos que es infinito, y no lo es."
Nicolás García

Nicolás García, fotógrafo y ex-paciente recuperado de COVID-19, compartió cómo se contagió y cómo la enfermedad afectó su vida física y emocionalmente. "Me enteré de que tenía COVID cuando fui a vacunarme. Me dijeron que los síntomas durarían unos pocos días, pero a mí me duraron una semana más. Decidí hacerme un test y ahí confirmaron que tenía COVID", relató Nicolás, quien rápidamente comenzó a experimentar los síntomas más severos del virus.
La parte más aterradora de su experiencia fue la dificultad para respirar. "Es muy feo quedarse sin aire, tener que hacer un esfuerzo enorme para respirar. Llegó un momento en que mi saturación de oxígeno estaba tan baja que tuve que ser internado", recordó.
Nicolás estuvo casi dos meses en el hospital y luego pasó cuatro meses más en internación domiciliaria. Durante ese tiempo, las secuelas físicas fueron muy difíciles de superar. "Recuerdo que caminar pocos pasos me dejaba sin aliento, me sentía como si estuviera corriendo una maratón", relató.
Nicolás también destacó el impacto psicológico que experimentó. "La salud mental fue crucial. En la ambulancia, el enfermero me dijo que debía ser fuerte de la cabeza para pasar por esto. No voy a mentir, tenía mucho miedo", confesó. Su miedo se intensificó debido a que su abuelo había fallecido por COVID pocos días antes de su propia internación.
"El COVID me obligó a cambiar mi estilo de vida. Antes era más sedentario y no me cuidaba. Ahora, hago ejercicio, me alimento mejor y tengo más conciencia de mi salud", reflexionó.
Dolly Rodríguez

Dolly Rodríguez, periodista de Radio 1020 y Telesol, compartió cómo vivió la pandemia desde el lado de la información y la comunicación. Para ella, la cobertura constante de la crisis sanitaria no solo implicó un gran desafío profesional, sino también un impacto emocional importante.
"Al principio, el COVID no tuvo mucha incidencia en mi salud mental. Fue un proceso de adaptación. Recuerdo que en marzo nos enteramos de las primeras noticias, mientras estábamos en plena Fiesta Nacional del Sol. Lo fuimos conociendo poco a poco", relató Dolly.
Como periodista, Dolly tuvo que aprender rápidamente a manejar un gran volumen de información, interactuar con autoridades sanitarias y transmitir las noticias de una manera clara y comprensible. "Hablaba todos los días con la doctora Mónica Jofré, jefa de Epidemiología, para obtener detalles exactos sobre los casos y medidas sanitarias", comentó.
Pero la parte emocional fue lo más difícil. "Hubo momentos muy fuertes. Uno de los más impactantes fue cuando tuvimos que dar la noticia de la compra de bolsas mortuorias por parte del gobierno de San Juan", relató Dolly, mientras destacaba cómo esos momentos afectaron su forma de comunicar.
A pesar de las dificultades, Dolly se mantuvo firme en su misión de informar con veracidad. "La premisa fundamental fue siempre informar con la verdad. Nunca me adelanté a la noticia, siempre fui a las conferencias de prensa, tanto presenciales como virtuales, y me aseguraba de tener la información exacta", concluyó Dolly.
María Silvia Font

María Silvia Font, docente recientemente jubilada compartió cómo la pandemia de COVID-19 afectó profundamente su labor educativa, especialmente debido a las condiciones de trabajo en zonas rurales, donde el acceso a tecnología es limitado. "Realmente afectó muchísimo porque donde yo trabajaba era en zonas alejadas, donde las familias son rurales, no tienen teléfono. El proceso de enseñanza fue casi nulo", explicó, reflejando la difícil situación que enfrentaron tanto docentes como alumnos en esas áreas.
El impacto emocional fue otra de las aristas más dolorosas. "Los alumnos estaban muy preocupados, no sabían qué era lo que estaba pasando. Fue una vivencia muy dramática, porque muchas familias perdieron a sus seres queridos y no pudieron despedirse", relató.
"El docente siempre está marcado, visualizado de esa manera, pero había situaciones que no se podían manejar de otro modo. Trabajábamos mucho más porque era necesario buscar materiales constantemente", comentó. Además, señaló el impacto económico que vivieron muchas familias, lo que complicó aún más el proceso de enseñanza y aprendizaje, ya que no todos podían salir a trabajar y, por lo tanto, no todos tenían los recursos para apoyar a sus hijos en la educación a distancia.