Una mujer policía embarazada sufre un violento arrebato a manos de un menor en plena calle
La víctima terminó hospitalizada por un rato debido su estado de nerviosismo. El arrebatador habría sido un menor de edad.
Un nuevo hecho de inseguridad se produjo en el límite entre Chimbas y Capital, hace unos días. Esta vez, una víctima especialmente vulnerable, una mujer policía embarazada de 30 años, sufrió un brutal arrebato en plena vía pública. El delincuente, según testigos, sería un menor de edad.
El violento episodio ocurrió alrededor de las 21:00 en la intersección de avenida Benavides y Mendoza.
La víctima, identificada por fuentes policiales como la Agente Pujado, quien cumple funciones en la Subcomisaría Cipolletti, fue abordada por un joven que le arrebató su celular, un iPhone 12 Pro Max color gris con funda rosada, dijeron desde la Policía.
Tras el ataque, la mujer, aun en estado de shock, logró llegar como pudo hasta la sede de la Dirección D-9, donde está el Cuartel Central de Bomberos.
Allí, un agente la asistió mientras ella explicaba lo sucedido. Debido a su estado de nerviosismo y a su embarazo, se solicitó de inmediato un móvil policial y una ambulancia.
El personal de salud de Emergencias Médicas 107 acudió al lugar y trasladó a la agente al hospital Rawson, donde fue asistida y diagnosticada con amenaza de aborto, aparentemente provocada por la angustiante situación que había vivido momentos antes.
Afortunadamente, tras recibir la atención necesaria, la mujer recibió el alta médica.
Los arrebatos en la vía pública se han vuelto moneda corriente y algunos se cometen con mucha violencia, afectando a cualquier hora y a personas de todas las edades.
En muchos casos, los delincuentes son menores de edad, lo que complica su judicialización y genera un profundo debate en torno a la impunidad y la reincidencia.
Los vecinos de la zona denuncian que la inseguridad ha ido en aumento y exigen mayor presencia policial. "Ya no se puede caminar tranquilo. Los motochorros y los arrebatadores hacen lo que quieren, y muchas veces son menores que saben que no les pasa nada", reclamó un comerciante del barrio, que pidió reserva de su identidad.
