Dan a conocer las graves denuncias de abuso que pesan sobre el ex obispo auxiliar de San Juan
Tres personas denuncian ser víctimas de abuso sexual por parte del sacerdote Carlos María Domínguez.
Tras el anuncio del obispado de San Rafael, Mendoza, sobre la renuncia del obispo auxiliar de San Juan, Carlos María Domínguez, luego de ser acusado de abuso sexual, Infobae accedió a la declaración de una de las víctimas ante el Juez Eclesiástico del Tribunal Interdiocesano de la provincia vecina.
Según lo relatado, el denunciante fue invitado por un vicario de la parroquia que frecuentaba, con el fin de colaborar como acólito en la Celebración del Domingo de Ramos, que iba a ser presidida por Monseñor Domínguez. Este fue el primer contacto con el obispo, y durante el evento participaron otros jóvenes de la parroquia. A partir de allí, el obispo comenzó a invitar regularmente a los jóvenes, estableciendo un trato cordial. En una de esas ocasiones, el obispo los invitó a cenar.
Con el tiempo, la relación entre el obispo y los jóvenes se fue estrechando, ya que Monseñor Domínguez los invitaba a acompañarlo en diversas actividades, organizando almuerzos y reuniones que fomentaron un ambiente de confianza y cercanía.
La víctima, de la que se preserva la intimidad, dio cuenta de los abusos que sufrieron en reiteradas oportunidades. Entre los comportamientos indebidos detalla que hubo "propuestas inapropiadas para realizar gestos físicos bajo el argumento de fortalecer la confianza, incluyendo tocamientos de carácter íntimo".
El joven damnificado también habló de "juegos de acumulación de puntos que derivaban en supuestos castigos físicos, en donde el obispo tomaba los testículos de los jóvenes", a la que justificaba como "una tradición personal", y de "comentarios sobre la diferencia entre pudor y vergüenza, utilizados para racionalizar y normalizar situaciones de vulnerabilidad e incomodidad", tal como consta en la declaración.
En otra parte de la denuncia, señaló que hubo una situación en la que el obispo hizo pasar a cada uno de los tres jóvenes por turnos a una sala donde él esperaba a puertas cerradas. Allí los invitó a bajarse los pantalones y la ropa interior, y les tocaba los genitales con la mano mientras les hacía prometer fidelidad a Jesús.
Hubo también otra situación en la que convenció a los tres jóvenes a bajarse los pantalones y la ropa interior estando los tres con él. Como ellos no se animaban, él los animó bajándose el pantalón y la ropa interior. "Cuando los jóvenes hicieron lo mismo, el obispo fue tomando el pene de cada uno en forma de saludo mientras decía "Hola, ¿cómo estás?" Luego les indicó que cada uno debía "saludarlo a él" de la misma manera", según figura en la denuncia.
También existió una propuesta de vacaciones en un lugar apartado, donde el obispo sugirió la posibilidad de compartir espacios privados sin ropa, señalando que se trataba de un símbolo de confianza plena. Los detalles a los que accedió Infobae dan cuenta de la gravedad de los hechos.
La denuncia fue hecha en sede canónica, pero aún no fue realizada en la justicia civil. En tanto, la Iglesia inició una investigación interna sobre lo sucedido.