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Emotiva despedida

Goris, el héroe de cuatro patas que brindó diez años de servicio al SPP

El can Goris, ovejero alemán y fiel compañero de la División Canes del Servicio Penitenciario Provincial, se retira luego de 10 años de dedicación y lealtad. En esta emotiva jornada, deja su pechera para comenzar una nueva vida junto a su familia.

Goris no es un perro común. Durante diez años, desempeñó su rol con una dedicación ejemplar, siendo el fiel compañero de Johana Juárez, su guía, en cada desfile, exhibición y acto protocolar del Servicio Penitenciario Provincial (SPP). Más que un miembro de la División Canes, Goris se convirtió en un símbolo de disciplina, lealtad y entrega.

Este martes, Goris vivió un día diferente. En lugar de estar al frente de un desfile o cumpliendo con alguna misión especial, fue el centro de todas las miradas. Con un emotivo acto, el can y su inseparable guía recibieron un cálido reconocimiento por su labor incansable durante años. Fue un momento de gratitud y despedida, donde Goris recibió una placa conmemorativa como símbolo de su valioso servicio.

A la ceremonia asistió el Alcaide Mayor Ricardo Aguilar, quien felicitó al equipo, especialmente a Goris, resaltando la importancia de su fidelidad y dedicación. "Como todos nosotros, cumplimos etapas, y Goris siempre tuvo una familia. Porque eso somos los penitenciarios", expresó. Aguilar también destacó el trato y el cariño brindado a los animales de la institución.

Por su parte, la jefa del Grupo Canes, Ofic. Sub Adjutor Karen Malla, compartió su agradecimiento a Goris por sus diez años de servicio, recordando que el can siempre estuvo presente en cada desfile y tarea, asegurando el cumplimiento de su guía. "Hoy damos este comunicado porque Goris comenzará una nueva etapa en su vida, y solo tenemos palabras de agradecimiento", señaló.

En el mismo tono, el subjefe Ayte 2° Ariel Herrera destacó el valor simbólico de los perros en la división, mencionando que representan el amor y el compañerismo dentro de la institución. "Ellos nos brindan afecto, contención y amor, especialmente en los momentos difíciles", añadió.

Ahora, Goris disfruta de su merecido descanso, lejos de las exigencias laborales, pero rodeado de cariño y atención. Johana, quien lo cuidó y entrenó durante tantos años, será la encargada de brindarle todo lo que necesita en esta nueva etapa de su vida. Con el corazón lleno de recuerdos y gratitud, Goris deja una huella imborrable en la familia penitenciaria.

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