Como en la década del "60 El Romance de los Caballos será escenificado en el Anfiteatro
El poema de Buenaventura Luna que ya fue escenificado en numerosas ocasiones, este viernes será representado en los actos centrales de la Fiesta Nacional de la Tradición.
La Fiesta Nacional de la Tradición de este año, en su 63 edición tendrá algunos cambios. Ya los tuvo en la primera noche de celebración en la plaza departamental el sábado pasado y la organización promete varios más para este viernes y sábado en los actos centrales en el Anfiteatro Buenaventura Luna.
Juego de luces, mapeos proyectados sobre la escenografía natural del lugar rodeado de cerros, y el uso de la tecnología serán algunos de ellos. Al acostumbrado cierre con la obra cumbre de Buenaventura Luna, El Fogón de los Arrieros, ahora se sumará, este viernes, la escenificación de otro poema de Don Buena: El Romance de los Caballos que describe el color de pelaje de cada uno de ellos, como una forma de saldar una deuda por los servicios prestados al gaucho y a la Patria.
Será la novedad en la celebración principal del departamento, porque al igual que El Fogón de los Arrieros, que se hizo por primera en la Cuesta de Huaco por los vecinos huaqueños, el Romance de los Caballos también ya fue escenificado muchas veces en el pueblo del que es originario el eximio poeta.
Es que la idea de escenificar este verso ya estaba incluso antes que la del Fogón de Los Arrieros y lo testifica Nelly Táñez de Peñaloza, la ideóloga de lo que hoy es el atractivo principal de la fiesta, quien en su libro cuenta como se gestó todo, y relata que en la primera reunión en septiembre de 1962 se resolvió la instalación de los ranchos típicos y las "mansas" de las que estaban encargados Martín Tejada, Alejandro Dojorti y Toribio "Tolo" Andrada, padre de quien escribe, para representar la poesía El Romance de los Caballos. Luego, optaron por no realizarlo para encolumnarse detrás de la iniciativa de Doña Nelly, teniendo en cuenta la envergadura de la misma y el valor que encerraba en sí mismo.
Cuando El fogón comenzó a realizarse en la villa cabecera de Jáchal, en las celebraciones que continuaron haciendo los vecinos de Huaco se representaron poemas de Don Buena, como El Romance Indígena y a Mis Abuelos y el infaltable Romance de los Caballos organizado por los vecinos del templo San Roque del Barrio Olivares.
Eliseo "Coco" Ferra estuvo en cada una de ellas y recuerda que la primera vez que se hizo fue frente al Molino Viejo. Rememora que entre otros montaban en sus caballos "Tolo" Andrada que era el abanderado, Enrique Tejada, Armando Guevara, Vicente "Mero" Aballay, "Coco" Tejada, Francisco "Pancho" Elizondo, Narciso "Negro" Ávila, Antonio Heredia, Luis "Pirico" Sánchez, "El Café" Álvarez, Ramón "Choca" Olivares y Jorge "Gordo" Andrada, hermano del cronista.
Luego, en sucesivas celebraciones el escenario fue la calle principal de Huaco, la Avenida San Martín con el escenario ubicado frente al club Atlético Huaco, el decano del fútbol sanjuanino.
Hoy Ferra integra la Agrupación Gaucha "Don Tolo" que lo tiene como pilar fundamental a él y Fabio "Canusa" Andrada, hijo de Toribio. "Soy el único que queda de esa camada que empezó con todo esto, porque era el más jóven de todos", explica quien representaba en su caballo moro a Martín Fierro.
Se trata de un espectáculo en el que hay que prestar especial atención al recitador que debe ir acompasando su recitado al tiempo que aparecen en escena los gauchos ataviados con sus características vestimentas y montados sobre los animales con el color de pelo tal cual lo describe el poema transcripto a continuación.
ROMANCE DE LOS CABALLOS
Quiero llenar mi vaso hasta los topes
este vaso es chambau por que es de guampa
para llegar de lejos a la pampa,
y cantarle al caballo y sus galopes.
Antes que canten los agrestes gallos
quiero elevar sincero y conmovido,
este canto de amor agradecido:
mi romance de todos los caballos.
A los baguales criollos, de azarosa
historia de fortín y tolderías,
hijos de aquellos que en lejanos días
nos dejara don Pedro de Mendoza.
Fui jinete de espuela y guardamonte
y le pago mí deuda al compañero:
al picazo, al lobuno, al estrellero
al de la selva virgen y al del monte.
Porque soy una crianza de capayos
con la leche robusta de la sierra,
le debía a los gauchos de mi tierra
el romance de todos sus caballos.
Le debía este maíz americano
y esta mata de pasto jachallero,
al gatiau de mi padre y al overo
y al petiso rosillo de mi hermano.
A la torda de chasca cimbriadora,
al oscuro tapau y a la picaza:
y a la vieja madrina, a su cachaza
en la tarde que muere y en la aurora
Le debía este canto a las distancias
al jagüel, a la legua, al pastoreo...;
al mansero de ronda en los rodeos
y al nochero de todas las estancias.
Le adeudaba un responso, don Segundo
a la sombra del suyo en La Blanquiada
y a su crudo trajín de reseriada
por las pampas más lindas de este mundo.
Debe alcanzar sonoridad de bronce
este canto legüero de cencerros.
Pa" mentarle su moro al Martín Fierro
y al patas blancas de Ciriaco Ponce.
Y si es más dulce el canto cuando llega
la triste noche a envolver la pampa,
quiero evocar, por fin, la noble estampa
del alazán tostau de Santos Vega.
El poema es una verdadera joya de la poesía gauchesca y es fascinante ver cómo la tradición sigue viva, la manera en que los gauchos se preparan para montar sus caballos, representando a los personajes y escenas, es sin duda un homenaje vibrante a la cultura local.
Este tipo de eventos no solo celebran la historia y la poesía, sino que también son un medio para mantener viva la identidad cultural, transmitiendo a las nuevas generaciones la importancia de la tradición gaucha.