La crisis económica redefine los hábitos de compra
La crisis económica, marcada por la devaluación y la alta inflación, ha llevado a los consumidores a optar por productos más económicos y abandonando categorías menos esenciales.
La crisis del bolsillo que comenzó a evidenciarse con gran fuerte a comienzos de este año, tras la devaluación de diciembre pasado y el desplome de los salarios reales, no sólo generó una importante contracción en el consumo masivo de todos los canales –que aún no logra dar señales de mejora–, sino que también provocó cambios en los hábitos de los consumidores que implicaron traslado a marcas más económicas y directamente el abandono de algunas categorías.
Luego de la suba del dólar oficial de fines del año pasado, la inflación se desbocó –llegó al 25,5% en diciembre y a 20,6% en enero– y los ingresos perdieron gran poder de compra porque no acompañaron esos valores. Recién en los últimos dos meses, con cifras de suba de precios en torno a 4%, los sueldos comenzaron a recuperar entre 1 y 2 puntos cada mes. Pero la pérdida acumulada es grande. Y por más baja de precios que se haya producido después y agresivas promociones, la demanda no reacciona como las empresas esperan.
En este contexto es que los consumidores debieron reorganizar sus hábitos y resignar la compra de algunos productos. Un análisis que realizó la consultora Scentia sobre los tickets de 1,6 millones de personas de hoy y de un año atrás develan cuáles son las categorías que perdieron penetración en las compras y cuáles otras ganaron. Por ejemplo, el atún tuvo una pérdida de 10 puntos de penetración respecto del año pasado, mientras que los alfajores, de casi 3 por ciento. A su vez, cayeron 4% los quesos blancos, los desodorantes ambientales y los snacks, en tanto que a los postres y los yogures tuvieron una caída de 3% en la penetración.
Cuando se dice que un producto en un supermercado perdió penetración, se refiere a que disminuyó la cantidad de hogares o clientes que lo compran durante un período de tiempo determinado; en este caso, en el último año. Estas categorías detectadas por el análisis de Scentia –que hace el estudio en base al análisis de los tickets de las mismas personas, en base al ID, número del programa de fidelidad del cliente– habían subido mucho de precio y, fundamentalmente, no son productos imprescindibles en la dieta de un hogar.
¿Qué quieren decir estos números en la infografía? En el caso del atún, que de 100 personas que en su ticket de compra figuraba el atún hace un año, ahora sólo aparece en los tickets de 90 individuos. Y así con cada una de las categorías.
Por el contrario, las categorías que registraron un crecimiento en su penetración fueron la manteca (1,9%); las conservas de tomate (1,7%); la leche en polvo (0,9%); la harina (0,8%); la polenta (0,4%); la levadura (0,4%) y la caballa (0,6%). Con respecto a este último, la lectura que puede hacerse es que las personas que dejaron de comprar atún comenzaron a adquirir caballa. Los productos básicos son los que los consumidores sostienen en su dieta, ya que de lo otro, que además suele ser más costoso, pueden prescindir.