Cuando la oficina está lejos de casa y a más de 4800 metros de altura
Mariana Nebot es de Mendoza y encontró en Veladero la oportunidad de progresar profesionalmente. Nunca tuvo miedo de apostar a un trabajo nuevo y en ocasiones "mal visto" en su provincia.
La industria minera le ofreció a miles de personas muchas oportunidades para crecer profesionalmente. Muchos trabajadores decidieron incursionar en este ámbito aún teniendo condiciones desfavorables en contra. Una de ellas es Mariana Nebot, una joven oriunda de Mendoza, que con una carrera muy específica, decidió viajar a San Juan para probar suerte y finalmente perseguir su objetivo de crecimiento personal.
A sus 27 años, asumió con éxito el reto de ser Supervisora de Monitoreo Ambiental en la mina Veladero. Ingeniera en Recursos Naturales Renovables, Mariana encontró en la minería una oportunidad para aplicar sus conocimientos y habilidades, destacándose en un campo que es crucial para la sostenibilidad y la conservación ambiental.
Iniciando su trayectoria en Barrick a fines de mayo de 2023, Mariana enfrentó no solo un desafío profesional al ingresar por primera vez al sector minero, sino también un desafío personal al mudarse lejos de su familia. A esto también se le sumó la dificultad de estar cada una semana a una altura de 4800 metros sobre el nivel del mar. "Me llegó la oportunidad, envié el CV, me entrevistaron y entré. Es un tipo de roster que hago, 8x6, que me permite no alejarme demasiado de casa", comparte Nebot. En su provincia, la minería está totalmente prohibida pero esto no fue un impedimento para Mariana, que lejos de los prejuicios decidió dar marcha a su sueño con el apoyo de su familia.
La labor de la joven minera y su equipo es esencial para garantizar la integridad ambiental de la zona. Supervisan rigurosamente la toma de muestras de agua, suelo y aire, y se encargan de toda la logística necesaria para asegurar que el proceso se lleve a cabo adecuadamente. "Nosotros organizamos la logística de los contratistas, recibimos los informes, los evaluamos y también respondemos a las actas que dicta la autoridad de aplicación", explica.
Un aspecto innovador del trabajo en Veladero es el monitoreo participativo, donde Mariana y su equipo invitan a miembros de las comunidades de Iglesía y Jáchal, las más cercanas, a participar en el proceso. "Es una forma de transparentar nuestras operaciones y demostrar que la actividad minera puede ser responsable con el medio ambiente", señala.
En una industria tradicionalmente dominada por hombres, Mariana se siente cómoda y valorada. Su presencia y liderazgo han contribuido a un cambio gradual en la dinámica del lugar, demostrando que las capacidades no entienden de género. "Nunca tuve un problema al dar una orden, trabajamos en conjunto. Cada vez veo más mujeres en distintas áreas y distintos puestos, lo que aporta frescura y una nueva visión a la minería", afirma con orgullo.
La transición a vivir y trabajar en condiciones tan demandantes ha sido un cambio significativo para Mariana, pero uno que ha manejado con resiliencia. "Fue un desafío personal salir de Mendoza. Al principio pensé que sería más difícil, pero me adapté rápidamente a los tiempos y a la dinámica de la vida aquí", reflexiona.
