El destino digital después de la muerte: ¿Qué pasa con nuestras redes sociales?
¿Qué sucede con los perfiles en línea cuando falla su propietario? Un vistazo a las complicaciones y soluciones.
En un mundo cada vez más digitalizado, la gestión de nuestra presencia en internet después de la muerte se ha convertido en un tema de creciente relevancia. La historia de Hayley Smith, residente en el Reino Unido, refleja solo una de las muchas experiencias que enfrentan los familiares de los fallecidos en relación con sus perfiles en redes sociales.
Matthew, el esposo de Hayley, falleció de cáncer hace más de dos años a la temprana edad de 33 años. Sin embargo, su presencia en línea permanece activa, lo que ha generado situaciones incómodas como recibir felicitaciones de cumpleaños en su muro. Hayley ha intentado convertir la cuenta de Facebook de Matthew en una página conmemorativa, pero se ha encontrado con obstáculos técnicos que le han impedido completar el proceso.
¿Qué sucede con nuestras cuentas en redes sociales cuando morimos?
Las plataformas tecnológicas como Facebook e Instagram ofrecen la opción de convertir los perfiles de los fallecidos en páginas conmemorativas, donde se pueden compartir recuerdos y fotos. Sin embargo, el proceso puede resultar complicado y algunas veces inaccesible, como en el caso de Hayley.
Según Joe Tidy, corresponsal de tecnología del Servicio Mundial de la BBC, la privacidad del fallecido es una prioridad para estas plataformas. Las cuentas conmemorativas están marcadas con un mensaje de "in memoriam", y solo las personas autorizadas pueden acceder al contenido.
Pero el desafío no termina ahí. Plataformas más nuevas como TikTok y Snapchat no tienen disposiciones claras sobre qué hacer con los perfiles de usuarios fallecidos, lo que plantea interrogantes sobre la gestión de estos activos digitales en el futuro.
Expertos en ciberseguridad como Sasa Zivanovic advierten sobre los riesgos asociados con perfiles activos de usuarios fallecidos, incluyendo el potencial uso indebido de datos personales. Para abordar estas preocupaciones, James Norris, fundador de la Digital Legacy Association, insta a las personas a preparar un testamento digital y de redes sociales.
Sarah Stanley, enfermera de la organización benéfica Marie Curie, subraya la importancia de considerar no solo las cuentas de redes sociales, sino también otros activos digitales como fotos, videos y datos bancarios.
El legado digital es un tema que requiere reflexión y planificación. Para Hayley, la gestión del perfil digital de su difunto esposo sigue siendo un proceso doloroso y complicado, destacando la necesidad de que las empresas tecnológicas faciliten este proceso a los familiares.
En última instancia, el destino digital después de la muerte plantea interrogantes sobre cómo queremos ser grabados en el mundo digital y cómo podemos prepararnos para ello mientras estamos vivos.
