Preocupación viñatera por la importación de vinos a granel

La liberación de las importaciones de productos alimenticios de la canasta básica alimentaria en estos días tuvo repercusión pues están quienes entienden que el ingreso de estos productos va a contribuir a que haya competencia y bajen en la góndola. Sin embargo, hay otros sectores que afirman, con buen tino, que de nada servirá pues los grandes supermercados lo único que harán es carterizar los precios y con ello el consumidor es el que paga la consecuencia de los altos costos.

Pero dentro de la apertura de las importaciones está la posibilidad de que los fraccionadores puedan comprar a otros países vino a granel. Se supo que hay bodegas que harían este tipo de operaciones. El problema de fondo es que los vinos a adquirir en algunos casos tienen unidades de color muy altas y los utilizarían para hacer cortes con vinos blancos y comercializarlos como comunes. 

Vale marcar que hasta el momento ha sido una práctica, la importación de algunos varietales, sobre todo blancos, que se agotan en el país y que las empresas los adquieren en otros mercados para satisfacer la demanda. Cuando los bodegueros justifican la medida sostienen que consiguen este producto a menor costo que en el país. 

Vale marcar que el mercado vitivinícola argentino, tanto interno como externo siguen sumidos en una crisis complicada. El único producto que muestra signos de recuperación es el del mosto con un bimestre impecable en cuanto a volumen como ingresos. Sin embargo, en las exportaciones de vino a granel hay y un retroceso de más del 13 por ciento de febrero con respecto enero de este año.

El presidente de la Asociación de Viñateros Independientes, Juan José Ramos señaló que, dentro de los productos importables, el vino ahora figura entre ellos. "Lo primero que hizo el gobierno actual a nivel nacional fue eliminar la licencia no automática y permitir la importación de vino a granel sin restricciones", indicó el presidente de la asociación.

Ramos aclaró que la importación de vino fraccionado de cualquier país nunca fue objeto de objeción por parte del sector vitivinícola. Sin embargo, la novedad radica en la apertura de la importación de vino a granel. Esta medida se suma a la liberación anticipada de los vinos finos, que permite disponer del vino apenas 40 días después de la entrada de la uva en la bodega.

"Durante años hemos solicitado la postergación de la fecha de liberación para regular el mercado excedente y neutralizar el efecto de los grupos concentrados", lamentó Ramos. Sin embargo, esta petición siempre fue denegada bajo el argumento del Decreto 2284 del 91, que fijó el primero de junio como fecha de liberación. Ahora, sorprendentemente, el gobierno ha resuelto anticipar la liberación, lo que tendrá un impacto más significativo el próximo año.

El presidente de la Asociación de Viñateros Independientes explicó que, debido a la previsión de una cosecha actual menos abundante de lo esperado y un dólar más competitivo sin retenciones, es probable que aumenten las exportaciones. No obstante, la política de liberación de importaciones presenta un panorama confuso. "Se permite la importación para favorecer a los grandes hipermercados mientras se adquieren productos nacionales a precios reducidos, lo cual afecta gravemente a los productores locales", agregó.

Ramos criticó duramente esta política económica que, en lugar de fomentar la exportación para generar ingresos en divisas tan necesarios para el país, favorece la importación y la salida de dólares. "En un momento en el que necesitamos dólares, permiten la importación de productos que podríamos estar exportando", lamentó.

Finalmente, Ramos enfatizó que la Asociación de Viñateros Independientes se une al rechazo total de estas medidas, sumándose a otros sectores como la Unión Industrial, la Confederación Federal PYME, Economías Regionales y la Federación Agraria. Es fundamental, según Ramos, replantear estas políticas para proteger a los productores locales y preservar las fuentes de trabajo en el país.