Viajó por toda América y decidió quedarse a vivir en Rodeo con un emprendimiento gastronómico
"Lo de Caro" es uno de los lugares más visitados por los deportistas que hacen Kitesurf y Windsurf en el Dique Cuesta del Viento. La historia de su dueña es un viaje de muchos años y experiencias distintas que la llevaron a instalarse en el pueblo iglesiano.
Rodeo es uno de los lugares más atrapantes de San Juan y no es casualidad que muchos turistas lo visiten y queden totalmente embelesados por esta tranquila localidad ubicada en Iglesia, al norte de la provincia.
Carolina Peccora, es una mujer porteña de 50 años, que luego de atravesar toda América, decidió que su lugar en el mundo estaba en una casa al costado del Dique Cuesta del Viento, cocinándole a cientos de deportistas y turistas. En una charla con Zonda Diario, relató cómo un viaje que comenzó como una aventura se convirtió en su hogar y su pasión.
"Nací en el barrio porteño de Flores pero me crié en Ezeiza, éramos familia de campo, crecimos con una vida muy similar a la de San Juan", explica Carolina. Su vínculo con Rodeo se estableció en 2008, cuando visitó este sitio por primera vez con su hijo. "Mi hermano Mariano es deportista, practica y enseña Windsurf y se estableció acá para poder vivir de lo que amaba. Cuando lo visité por primera vez, quedé encantada con este lugar" afirmó.
Sin embargo, su periplo la llevó mucho más lejos. Recorrió muchos países de América e incluso tuvo estancias en Hawai y California, donde vivió una etapa de su vida en compañía de su esposo oriundo de Estados Unidos y sus tres hijos. El destino quiso que el regreso a Argentina se convirtiera en un tributo a Federico, otro de sus hermanos que lamentablemente perdió la vida mientras ella se encontraba viajando. Él tenía el sueño de recorrer desde California hasta Argentina en automóvil.
Carolina junto a Mariano, emprendieron ese viaje que tanto anhelaba Federico y a ellos les llevó 5 meses poder terminarlo. "Mi hermano se compró una camioneta vieja y nos vinimos desde los Ángeles hasta Rodeo manejando, nos vinimos con mis 3 hijos. Fue un viaje de 5 meses"
Inicialmente, no planeaba quedarse mucho tiempo en Rodeo, pero el encanto del lugar la atrapó. "En Rodeo quería quedarme un tiempo no más. Llegamos en el 2015 y no me volví a ir. Mis hijos estuvieron 4 años y se fueron con el padre a Estados Unidos". Ahora, los adolescentes de 16, 15 y 12 años van y vienen desde América del Norte hasta San Juan para poder repartir el tiempo entre su padre y su madre.
El destino de a poco la fue llevando hasta lo que sería su lugar en el mundo. La idea de la cocina surgió por su amor a lo gastronómico. Carolina necesitaba trabajar y buscaba hacer algo totalmente distinto a lo que la gente estaba acostumbrada en Rodeo. "Amo cocinar, siempre me encantó recibir gente", afirma Carolina, describiendo cómo la idea de un pequeño restaurante comenzó a tomar forma. Basada en ideas que vio en Los Ángeles, comenzó a preparar creps y comida a la plancha.
Con la ayuda de amigos y vecinos, convirtió su casa en un acogedor espacio gastronómico. "Un amigo herrero me regaló la plancheta, estuve 4 años cocinando con eso", recuerda. Y así, en enero de 2017, "Lo de Caro" abrió sus puertas al público, convirtiéndose rápidamente en un punto de encuentro para deportistas, turistas y lugareños por igual.
Pero más allá del éxito de su emprendimiento, lo que realmente enamoró a Carolina de Rodeo fue su gente y su estilo de vida sencillo. "La idea era que mis hijos crecieran aquí, con esa esencia de lo sencillo, sin pretensiones", explica. Aunque sus hijos optaron por seguir caminos propios, Carolina sigue amando profundamente este lugar que ahora llama hogar.
"Uno adentro sabe lo que ama hacer", reflexiona Carolina. Su filosofía de vida se refleja en cada aspecto de su emprendimiento, desde la improvisación en la cocina hasta la evolución constante en la decoración y el ambiente del lugar porque además de saber conjugar sabores, la mujer es una excelente pintora. Todo su espacio está decorado con cuadros hechos por ella misma.
Además, con el apoyo del programa Emprendedor Turístico y de Veladero, Carolina continúa haciendo crecer su sueño día a día y pudo equipar el lugar para que más gente disfrute sus platos. "Siempre que salga de adentro y lo hagas con amor, te sale bien", asegura. Y en "Lo de Caro", el amor por la cocina y por Rodeo se siente en cada plato y en cada rincón de este pintoresco sitio.