Una gran sonrisa que duró solamente 33 días
La curación de una niña en estado terminal por intercesión de Juan Pablo I, ocurrida en Buenos Aires en 2011 fue la causa de beatificación en septiembre de 2022 del Papa que hace 45 años murió en su habitación del Palacio Apostólico de la Ciudad del Vaticano.
El 28 de septiembre de 1978 fallecía el llamado "Papa de la Sonrisa", muerte sobre la que durante mucho tiempo se tejieron innumerables sospechas, entre ellas la del asesinato.
La ausencia de una autopsia, algunas declaraciones contradictorias de sus ayudantes y las intenciones del Pontífice de clarificar las cuentas del Banco Vaticano, dirigido por el arzobispo Paul Marcinkus, algo que atentaba no solamente contra intereses externos sino también internos de la curia romana, apoyaron esta hipótesis.
Sin embargo una serie de certificados y exámenes médicos descartaron que el Vicario de Cristo haya sido víctima de un envenenamiento, como se especuló durante años.
Si bien su pontificado fue muy breve, solamente duró 33 días, fue suficiente para que el también llamado "Papa de la Esperanza"mostrara al mundo su humildad, y además, su simplicidad y claridad a la hora de catequizar, características que ya había demostrado durante toda su carrera sacerdotal.
El proceso de beatificación de Juan Pablo I comenzó en 2018 en el Arzobispado de Buenos Aires en donde se escucharon testimonios y analizaron una serie de certificados médicos que afirman no encontrar una explicación científica a la curación de una niña, Candela Giarda de 10, que se encontraba en estado terminal en un hospital porteño y por cuya estado de salud se pidió la intercesión del primer Papa con nombre compuesto en la historia (para honrar a sus dos predecesores, Juan XXIII, que le nombró obispo, y Pablo VI, que le nombró Patriarca de Venecia y cardenal).
El milagro
Candela Giarda comenzó con dolores de cabeza en 2011, dolores que luego derivaron en vómitos y fiebre. Su estado de salud se fue agravando y fue internada en terapia, en coma y con respirador, en el Hospital de Paraná, Entre Ríos.
Debido a la gravedad del cuadro, Candela fue trasladada a la Fundación Favaloro, en donde tampoco pudieron dar un diagnóstico sobre la enfermedad de la pequeña. El pronóstico no era el mejor, los médicos le recomendaron a la madre que regresara con Candela a Paraná para que falleciera en su casa.
Ante el futuro oscuro que le vaticinaron a la pequeña, solo quedaba un camino: rezar a Dios y esperar un milagro. Algo que sucedió cuando el Padre José Dabusti, de la parroquia Nuestra Señora de la Rábida a la que asistía frecuentemente la mamá de la nena, se acercó a la cama donde se encontraba Candela y la encomendó a Juan Pablo I.
Hoy Candela lleva una vida normal y no le quedan secuelas de la patalogía que tenía: FIRES (síndrome epiléptico por infección febril), enfermead que afecta a una persona en un millón, casi siempre sin posibilidad de sobrevida.
El Padre Dabusti le escribió una carta al Papa Francisco contándole lo sucedido. El milagro fue estudiado por la Comisión Médica del Vaticano que dio en forma unánime un veredicto positivo que fue reafirmado posteriormente por los teólogos y los cardenales.
Beatificación
Finalmente el 4 de septiembre de 2022, en el Vaticano, el Papa Francisco beatificó a Juan Pablo I. En 2003, su sucesor, Juan Pablo II, lo había declarado Siervo de Dios, iniciando el camino a la santidad, mientras que en 2017, Francisco lo proclamó Venerable.
Por otra parte y también relacionado a su figura, a principios de 2020, el Papa Francisco estableció la Fundación Vaticana Juan Pablo I con el objetivo de estudiar su figura, pensamiento y magisterio, encomendándole la presidencia de la misma al cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado del Vaticano.
