Crimen del comerciante descuartizado: testigos complicados y múltiples hipótesis
Se trata de dos hombres vinculados a los negocios que mantenían con Fernando Pérez Algaba. Mientras los investigadores analizan al menos 36 móviles del asesinato.
Los investigadores del crimen de Fernando "Lechuga" Pérez Algaba, el comerciante hallado descuartizado en un arroyo de Ingeniero Budge, siguen el rastro de más de 200 amenazas de muerte y más de 36 hipótesis.
Hasta ahora, no hay personas detenidas vinculadas directamente al crimen dado que los pesquisas continúan analizando los mensajes que encontraron el teléfono que la víctima, aunque todavía sin un sospechoso claro.
A partir del macabro hallazgo de su cuerpo desmembrado, en la investigación surgió rápidamente que Pérez Algaba tenía varios conflictos ligados a cuestiones económicas, sobre todo porque mantenía una deuda grande en dólares.
Fuentes del caso indicaron a la agencia Télam que durante este fin de semana también analizarán en profundidad el contenido de otros celulares secuestrados en la causa, entre ellos los pertenecientes a las dos últimas personas que vieron con vida al trader de criptomonedas: su ex socio Maximiliano Pilepich y su ex empleado Nahuel Vargas.
Estos hombres, al declarar como testigos en la causa, aseguraron que se encontraron con Pérez Algaba esa tarde del 18 de julio en el predio "El Renacer", General Rodríguez.
Pilepich le entregó 60 mil dólares y se retiraron, mientras que Lechuga se quedó solo, a la espera de que alguien pasara a buscarlo.
Una declaración que dejó más dudas que certezas, por eso estas personas quedaron en la mira del crimen y los investigadores no descartan nada todavía.
