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En 1993

La maratón de Diego para ganar su último título con la Selección

El 24 de febrero de 1993 en Mar del Plata, la Albiceleste le ganó a Dinamarca y se adjudicó la Copa Artemio Franchi. Maradona regresaba al equipo nacional luego de la final perdida ante Alemania en 1990. 

Diego y Goycochea celebran el título que se ganó en la serie de penales.
Diego Maradona y Gabriel Batistuta dan la vuelta olímpica en Mar del Plata.

Con la camiseta de la Selección Argentina, Diego Armando Maradona solamente pudo conseguir tres títulos, siendo el principal la Copa del Mundo obtenida en México 1986. Antes de dar la vuelta olímpica en el Azteca, el Diez se había consagrado campeón en el torneo juvenil desarrollado en Japón en 1979. Mientras que en 1993,  Diego levantó la Copa Artemio Franchi. Para poder conquistarla, tuvo que realizar un largo maratón, que incluyó cuatro partidos y el cruce del Oceáno Atlántico en dos ocasiones, en el lapso de dos semanas.


El estadio José María Minella de Mar del Plata fue el escenario elegido para disputar la Copa Artemio Franchi el 24 de febrero de 1993. El trofeo, avalado por la FIFA, se disputaría entre Argentina, campeón de América en 1991, y Dinamarca, ganador de la Eurocopa en 1992.


La gran atracción del partido fue el  regreso de Maradona a la Selección. Su último encuentro con la celeste y blanca había sido la final del Mundial de Italia, tres años atrás.


Diego, que en ese entonces jugaba en el Sevilla de España, aceptó rápidamente la convocatoria del entrenador argentino, Alfio Basile, para sumarse a la Selección en la doble fecha internacional prevista para febrero en donde enfrentaría a Brasil en el Monumental y a Dinamarca en Mardel. La citación no cayó nada bien en los dirigentes sevillistas, ya que pretendían que su estrella se enfocara exclusivamente en la Liga Española.


La maratón de Diego comenzó el domingo 14 de febrero. Luego de enfrentar al Betis en el clásico de la ciudad, viajó a Buenos Aires. Lo acompañó su compañero en el Sevilla y la Selección, Diego Simeone. El jueves 18, dio el presente en el empate en uno ante Brasil por los 100 años de la AFA.


Por algunos problemas en los vuelos, no embarcó el viernes rumbo a Europa, recién lo pudo hacer el sábado. El domingo en horas de la mañana arribó a un aeropuerto cerca de Logroño, ya que el Sevilla visitaba al Logroñés. Manejó cerca de 20 kilómetros para llegar a la ciudad.


Finalizado el partido, comenzaron la discusiones. Los dirigentes del Sevilla se oponían a que Diego y el "Cholo" viajaran nuevamente a la Argentina. A Maradona no le importó. La Selección Argentina era la prioridad, él era su capitán y no podía faltar.

Diego abraza la Copa Artemio Franchi, su último título con la Albiceleste.


Sin embargo cuando fueron a buscar el auto para desandar el camino hacia el aeropuerto, este había desaparecido misteriosamente. Diego no se hizo problema y junto con el Cholo tomaron un taxi para poder alcanzar el avión.


Pero el camino para conseguir su último título con la Albiceleste, le fue más difícil a Diego, afuera que dentro de la cancha. Porque los 400 kilómetros que hay entre la Ciudad de Buenos Aires y Mar del Plata, lo hizo la Selección en un colectivo, que en pleno viaje se quedó sin aire acondicionado.


En la cancha, parecía que la mala racha seguía para el equipo capitaneado por Diego. A los 12 minutos, Dinamarca abrió el marcador con un gol en contra de Néstor Craviotto. Pero tres minutos más tarde, Caniggia igualó, marcador que se mantuvo durante el tiempo reglamentario y los 30 del suplementario.


En la definición desde los 12 pasos, como había ocurrido en el Mundial de Italia 1990, Sergio Goycoechea dijo presente, atajando dos penales y dándole el triunfo a la Selección, para que Diego, que convirtió su penal, levantara la Copa, que sería la última que ganó en la Selección, y también, en su carrera.


Esa noche de verano en "La Feliz", con el trofeo en mano y ante  el público argentino, Diego tocó una vez más el cielo con las manos. Fue su noche mágica, su noche perfecta, su noche soñada con la Albiceleste. Una noche que nunca más se volvería a repetir.

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