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Club Atlético Bermejo

Constructores de su propio sueño

Ubicado a más de 100km de la capital sanjuanina, el club caucetero inauguró su cancha de fútbol donde puede jugar el torneo de la Liga Departamental. La historia de un club que tiene los colores de Banfield y que forjaron con su propio esfuerzo el sueño de la casa propia. 

Humildad sobre todo. La Cinta para que la corten los jugadores, esos mismo que viajaron 150 km todos los fines de semana para jugar el Torneo de la Liga Caucetera de Fútbol

La ruta 141 te lleva directo hacia el Santuario de San Expedito, en la localidad de Bermejo, al este de San Juan Capital.
Las familias no son muchas, se conocen todos y se ayudan mutuamente.

Viven su vida con un amor increíble, en lo que ellos consideran su lugar en el mundo.
A la llegada del fin de semana todos se juntan en un mismo lugar para despedir al equipo que parte rumbo a Caucete para jugar los partidos de la B de esa liga de Fútbol.

Todos los fines de semana recorren 150km de ida y vuelta para jugar con los pibes de la zona que defienden los colores verde y blanco de la camiseta del Club Atlético Bermejo.

Ese sacrificio algún día tendría su recompensa, pero para ello hubo que recorrer un camino que no fue fácil, que llevó a golpear varias puertas y por suerte se abrieron.

En Bermejo, lo que sobra es espacio, tierra y piedras. Pero un grupo denominado Colaboradores de Bermejo, dirigentes del club encabezados por la nueva presidenta Verónica Castro que tomó la posta de Don Jorge Malla se pusieron el overol, se arremangaron las mangas y con carretillas, palas y azadón comenzaron con las primeras obras.

Dejar un terreno libre de piedras, lo mas liso posible no era fácil. Hubo mañanas y tardes muy largas en un lugar donde no sobra el agua y hay que mirar al cielo implorando por una bendición.

Allí vinieron las primeras ayudas, a través de las gestión de la Secretaría de Deportes la ilusión se empezaba a incrementar.

Con adelantos a la vista se fueron sumando mas vecinos de Bermejo.
Y a la demarcación de la cancha le siguió el cierre perimetral. Mirar a los vecinos y algunos obreros colocar e ir dejando todo en condiciones, era una motivación extra para todos.

"No es que estábamos construyendo un super estadio, era nuestra cancha. Nuestra casa, la de los niños que encuentran en el  fútbol un incentivo. Nosotros estamos lejos de todo el fútbol de la AFA, pero con este pedazo de tierra hecha cancha sabíamos que conseguíamos tener nuestra casa" relata con orgullo Don Segundo, uno de los tantos vecinos de la zona que pese a sus 72 años se mantiene con vigor para colaborar aunque mas no sea para dar un par de instrucciones.

Hace un par de meses llegaron los blocks, el cemento y la arena para levantar las paredes de los vestuarios.
Eso fue celebrado casi como una victoria de campeonato. Armar todo no sería fácil pero los mas entendidos de la construcción que viven en Bermejo se pusieron manos a la obra en sus horas de descanso. No faltaron los ayudantes, por eso la obra tiene perfección. Hay esfuerzo, hay amor y hay calidad porque se levantaron cada una de las cuatro largas paredes como correspondían.

No es el vestuario del Monumental ni la Bombonera, es el camarín con mas sensibilidad que se pueda conocer.
Unas improvisadas banquetas para que se sienten los jugadores mientras se cambian son la postal mas descriptiva de la humildad de Bermejo.

Fueron pintadas por los propios vecinos con pinceles, al igual que la pared que contiene al alambrado.
Los mismos vecinos de Bermejo ven como su obra creció y se levantó, le podrán faltar aún detalles y demás arreglos, pero allí está lista para la inauguración, para el debut.

Hace un tiempo ya habían llegado las nuevas camisetas para el plantel de primera y reserva que  entregó la Secretaría de Deportes de la provincia, pero requerían de un día especial para su estreno.

Y eligieron el sábado 1 de julio porque en el fixture del torneo de la Liga Caucetera de Fútbol estaba el cruce con el clásico rival: Difunta Correa.
Y el camión de la Municipalidad estuvo el día anterior para dejar la cancha mas o menos húmeda. El camión de los Poblete se paró a un costado sirviendo de tribunas para los pibes que vienen a alentar. No faltó la parrilla con un carnecita para homenajear a los jugadores y a las visitas. 



Las mujeres de la zona con doña Verónica Castro a la cabeza se encargaron de armar el cotillón, cortar papelitos y dejar la cinta  lista para que los propios protagonistas la corten al ingresar al campo de juego. No tiene riego por aspersión, le sobra tierra y algunas piedritas que quedaron, pero es la casa del Club Atlético Bermejo, el mismo que tiene el escudo de Banfield, el de primera de AFA. 

Bermejo tiene la esencia de un pueblo maravilloso y ahora tiene su cancha, la misma que evitara jugar de visitante todos los partidos.
El club es la casa de niños, adolescentes y jóvenes que apuestan por Bermejo, ellos mismos generaron la revolución deportiva con su trabajo, con su amor, con su esfuerzo y la inmensa protección de San Expedito. 

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